-''Eres como un estúpido lobo que solo busca hacerme daño, no se como hiciste que me sintiera de esta manera y que por alguna estúpida razón ahora te quiero cerca mío, pero no dejare que lo vuelvas a hacer''- Mande el mensaje para luego intentar ir...
—Dejarás de ser una linda conejita y te convertirás en mi perra, Kim.
La omega estaba sorprendida por escuchar la voz de mando de la alfa pero poco le duro la sorpresa cuando sintió como el miembro de la alfa empezaba a salir y entrar nuevamente de ella.
— L-Lisa, ve más despacio.— Decía la omega mientras intenta no chillar y pequeñas lágrimas salían de sus ojos.
La alfa se mantuvo en silencio y limpio las lágrimas de la omega. — Mmmh...— Fue la única palabra que dijo acompañada de un gruñido.
La omega se encontraba más tranquila porque Lisa había parado sus movimientos pero eso no la hacía sentir del todo tranquila, pues aún tenía el miembro de la alfa llenándola y vaya que le dolía.
— Por favor sea gentil.— Decía la omega mientras abrazaba a la alfa por encima de los hombros.
— Deja de preocuparte tanto, cuando empiece a follarte como se debe no vas a querer que salga de tu coño más nunca.
— Ah...— Gimió la omega al sentir como la alfa comenzaba a moverla para que se acostumbrara más.
— Tienes suerte de que no estoy en las mejores condiciones, aún así... — Titubeo. —Aún así tienes que comportarte como la perra que eres y obedecer a tu ama.
La omega se retorcía al sentir como la alfa le acariciaba la espalda. Estaba empezando a sentir como la polla de la alfa estaba empezando a salir de ella.
— Silencio.— ordenó.
Debido a la voz de mando de Lisa, Jennie se mantuvo en silencio pese a sentir como la polla de la alfa volvía a arremeter fuertemente dentro de ella.
Pese a solo haber recibido una estocada la omega comenzaba a sentir dolor, el pene de Lisa estaba rompiéndola, no sabía como lo estaba resistiendo.
La alfa consideró que la omega ya la estaba recibiendo bastante bien y comenzó a penetrarla más rápidamente.
La omega quería gemir, sin embargo no podía desobedecer a la alfa por más que quisiera, la voz de mando de Lisa parecía ser más fuerte que la de los demás alfas.
Mientras la omega intentaba recomponerse y adapatarse a las velocidades que tomaba la alfa, está solo aceleraba y intentaba llegar más profundo.
