-''Eres como un estúpido lobo que solo busca hacerme daño, no se como hiciste que me sintiera de esta manera y que por alguna estúpida razón ahora te quiero cerca mío, pero no dejare que lo vuelvas a hacer''- Mande el mensaje para luego intentar ir...
Dos semanas habían pasado, dos semanas en las cuales me lamenté cada día. Tenía en la cabeza que Lisa había fallecido por mi culpa.
Intentaba hacerme creer en cuenta que había una razón para no dejarla pasar pero la culpa que sentía en esos momentos era peor.
A este punto estábamos más tiempo separadas que juntas, aunque prácticamente estaba a su lado.
Esas dos semanas se hicieron eternas, no salía de ese maldito hospital, permanecí a su lado hablándole y contándole cosas de mi vida, cosas que supuse que no sabía.
Aunque intentaba convencerme de que haría esta bien el echo de que estuviera en una cama sin moverse.
— Te extraño tanto.— Dije casi al aire.
El echo de que la persona que estaba a punto de amar estuviera en esa situación me estresaba, y peor era porque es mi culpa.
— Quizás si no me hubiera escapado tú aún estarías conmigo.— No pude terminar de hablar cuando empecé a sollozar.
Y en ese preciso momento la omega pudo sentir como algo se movía debajo suyo, cosa que cuando supo que era sus ojos demostraron toda la emoción que sentía.
— Ya has llorado demasiado.— Dijo Lisa mientras la acercaba con la poca fuerza que tenia.
— ¡L-Lisa!— Hizo una pequeña pausa y después continuo diciendo. — ¿Cuanto llevas despierta?, déjame, déjame llamar a una enfermera, espera... ¡estarás bien!
— Estoy bien, no hagas tanto drama. ¿Qué pasó?
— Peleaste con una policía y te apuñalo un par de veces... ¡Déjame llamar a una enfermera para que te revise!— Dijo una feliz pelirroja.
—No, estoy bien.
— Aún así la llamaré, me dijo que si despertarás la llamara. — Una vez la omega termino de hablar salió rápidamente de la habitación en busca de una enfermera.
Mientras tanto Lisa se encontraba con una expresión neutra mientras miraba su cuerpo y aunque intentaba moverse simplemente no podía.
5 minutos habían pasado y al fin Jennie llegaba con la enfermera.
— Me alegro que allá despertado señora Manobal, su omega estaba muy preocupada por usted. —Decía la enfermera mientras buscaba algunos analgésicos y arreglaba el suero.
Lisa no respondía y estaba pasando de una expresión neutra a una totalmente frustrada, le molesta el echo de no poder moverse con total libertad y sentir su cuerpo pesado.
