Stolas X Striker (Boyslove)

CAPITULO 4

Mientras tanto, en algún lugar del desierto, Blitzo, Moxxie y Millie continuaban su búsqueda desesperada de Stolas. Con cada paso que daban, podían sentir la tensión en el aire, sabiendo que el tiempo estaba en su contra y que cada minuto que pasaba aumentaba las posibilidades de que Stolas estuviera en peligro.

"¡Maldita sea, Stolas, dónde demonios estás!" gritó Blitzo, su voz llena de angustia y preocupación mientras buscaba frenéticamente entre las sombras del desierto.

Moxxie y Millie se miraron el uno al otro, compartiendo una mirada de determinación y preocupación. Sabían que tenían que encontrar a Stolas antes de que fuera demasiado tarde, y estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para asegurar su seguridad.

Con cada paso que daban, el silencio del desierto parecía envolverlos, sus corazones latiendo con fuerza en sus pechos mientras se preparaban para enfrentar lo que sea que encontraran en su camino. Pero a pesar de los peligros que acechaban en la oscuridad, no estaban dispuestos a renunciar a la esperanza de encontrar a su proveedor perdido y traerlo de vuelta a salvo a casa.

Y así, con determinación, Blitzo, Moxxie y Millie continuaron su incansable búsqueda.

Por otro lado después de un corto trayecto en la motocicleta de Striker, aunque parecia eterno, Stolas finalmente llegó a su castillo, sintiendo un alivio momentáneo al estar de vuelta en su hogar. Striker lo ayudó a bajar de la motocicleta con cuidado, observando el imponente castillo con una expresión de admiración en su rostro.

"Vaya...si que tienes una linda casa", comentó Striker, su tono lleno de una sinceridad inesperada mientras observaba el castillo con atención.

Stolas, sintiéndose aún un poco aturdido por la experiencia que acababa de vivir, apenas pudo reunir la fuerza para responder. "Gracias", murmuró, su voz llena de una mezcla de gratitud y desesperación mientras observaba el castillo con una mirada vacía en los ojos.

Striker notó la incomodidad en los ojos de Stolas y se apresuró a romper el silencio incómodo que había caído entre ellos. "Lamento lo de secuestrarte y casi matarte", dijo, su voz llena de una sinceridad inesperada mientras buscaba las palabras adecuadas para disculparse. "Pero es trabajo, ¿sabes? Uno tiene que comer."

Stolas, que había estado luchando con sus propias emociones desde que Striker y el tivieron "eso" despues de que casi lo mata, pero no pudo contener una risa amarga ante la ironía de la situación. Se encontró riendo tanto que las lágrimas brotaron de sus ojos, su mente dando vueltas con la absurda realidad de haberse acostado con el mismo hombre que había intentado matarlo.

Striker, sorprendido por la reacción de Stolas, se unió a su risa, su corazón sintiéndose ligero por primera vez en mucho tiempo. Se dio cuenta de que había encontrado algo especial en Stolas, algo que no había esperado encontrar en medio de su trabajo como cazador de recompensas.

Después de un rato, cuando la risa se calmó y el silencio cayó sobre ellos una vez más, Striker se acercó a Stolas con una expresión determinada en su rostro. "¿Puedo volver a verte? Prometo que no sera para matarte" preguntó, su voz llena de una sinceridad inesperada mientras buscaba los ojos de Stolas en busca de una respuesta.

Stolas, sorprendido por la pregunta de Striker, se encontró luchando con sus propias emociones una vez más. Una parte de él quería rechazar la oferta de Striker, recordando todo el dolor y la angustia que había sufrido a manos del cazador de recompensas. Pero otra parte de él anhelaba la conexión y el consuelo que Striker parecía ofrecerle, y no pudo evitar sentirse tentado por la posibilidad de un futuro diferente.

Con una mezcla de tristeza y felicidad en su corazón, Stolas finalmente respondió. "Sí", murmuró, su voz llena de una determinación silenciosa mientras se encontraba con la mirada de Striker. "Estaré esperando."

Striker sonrió con una sonrisa sincera, su corazón lleno de una esperanza renovada por el futuro que se extendía ante ellos. "Hasta pronto", dijo, su voz llena de una promesa implícita mientras se alejaba y arrancaba la motocicleta, desapareciendo en la oscuridad del inframundo una vez más.