CAPITULO 8

846 79 11
                                    


Stolas se encontraba aún entre los fuertes brazos de Striker cuando, de repente, sintió el impulso abrumador de besar al mercenario que tenía frente a él. No sabía por qué, pero la urgencia y el deseo de hacerlo lo consumían por completo.

Sin pensarlo dos veces, Stolas se inclinó hacia adelante y capturó los labios de Striker en un beso apasionado y ardiente. El agua fresca de la piscina los rodeaba mientras se entregaban al momento, dejando atrás cualquier preocupación o duda que pudieran tener.

Striker se sorprendió al principio por el repentino cambio en la dinámica, pero rápidamente correspondió al beso con una intensidad igual, si no mayor. Sus labios se movían en perfecta armonía, explorándose mutuamente con un hambre desenfrenado.

Entre besos y susurros ahogados, Striker agarro de la cintura a Stolas, atrayéndolo más cerca mientras profundizaban el beso con cada segundo que pasaba.

"¿Qué estamos haciendo?", preguntó Stolas entre jadeos, sus labios apenas separados de los de Striker mientras se aferraba a él en la piscina.

"Lo que queremos", respondió Striker con voz ronca, sus palabras cargadas de deseo y ansia. "Lo que necesitamos".

Con manos hábiles, Striker acarició suavemente el plumaje mojado de Stolas, explorando cada centímetro de su cuerpo con una ternura palpable. Casa toque haciendo que se erizen sus plumas.

Stolas gimió suavemente en respuesta, sus manos aferrándose a los hombros de Striker con fuerza, hundiendo sus uñas en su piel.

Con un gesto decidido, Striker puso a Stolas contra orilla de la piscina de manera que tuviera acceso completo a su trasero, su deseo palpable en cada movimiento. Con un gesto atrevido, levantó ambas piernas de Stolas e introdujo su larga y áspera lengua dentro de el, preparándolo y causando gemidos entrecortados de Stolas.

Entonces, con un gemido ahogado de deseo, Striker se saco los pantalones. Con movimientos suaves pero firmes, guió su miembro erecto hacia el interior de Stolas, aunque ya lo habían hecho una vez antes, fue una experiencia totalmente diferente, el calor de ambos cuerpos entrelazados era única.

"Joder, Stolas", gruñó Striker entre dientes, su voz ronca con necesidad mientras se movía cada vez más rápido dentro del agua. "Me vuelves...loco."

Stolas gimió de placer cuando sintió la presión de Striker entrando en él, su cuerpo temblando con la intensidad del momento. Cada embestida hacia que el clave más sus uñas más profundo dentro de la espalda de Striker, cada movimiento mezclado con el olor de la sangre hacia que Striker cada vez sea más intenso, embestida tras embestida.

Después de un rato, Striker quien estaba demasiado excitado para pensar razonablemente, mordió a Stolas en todos los lugares que pudo como si fuera un animal, en su cuello, en su muslo, en sus pezones, en su trasero, todos ellos llenos de marcas. Stolas por su parte, solo podía gemir en respuesta, entregándose completamente a él.

Los gemidos se escuchaban como eco que los volvía locos, la cueva era perfecta para escuchar claramente cada detalle.

La sensación de estar dentro de Stolas era indescriptible, su calor envolviéndolo en una ola de placer que lo dejaba sin aliento. Cada embestida era más intensa que la anterior, cada movimiento llevándolos más cerca del clímax, en sólo cuestión de dos horas ambos alcanzaron el clímax demasiadas veces como para contar.

Después de un tiempo que pareció eterno, Stolas y Striker se separaron, sus respiraciones entrecortadas llenando el aire mientras se miraban el uno al otro con una mezcla de deseo y sorpresa.

"¿Qué... qué acabamos de hacer?", preguntó Stolas, su voz apenas un susurro.

Striker sonrió, un destello travieso en sus ojos mientras se acercaba a Stolas una vez más. "Solo hicimos lo que queriamos, lo que deseabamos", respondió con franqueza, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa.

Stolas se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza con incredulidad. "Sí, eso parece", admitió, su corazón aún latiendo con fuerza en su pecho.

Hubo un momento de silencio mientras ambos procesaban lo que acababan de compartir, las emociones aún frescas y palpitantes entre ellos. Luego, Striker rompió el silencio con una risa suave.

"Supongo que deberíamos volver antes de que alguien comience a sospechar de que le paso algo, su majestad", sugirió, levantándose del agua y extendiendo una mano hacia Stolas para ayudarlo a salir también.

Stolas asintió, aceptando la ayuda de Striker para salir de la piscina. Mientras se envolvían en las toallas que Striker había traído consigo, se miraron el uno al otro con complicidad, la complicidad de dos personas que habían compartido algo íntimo y especial.

"Gracias por... esto", dijo Stolas finalmente, su voz suave pero sincera.

Striker le dedicó una sonrisa genuina. "No hay de qué. Siempre es un placer pasar tiempo contigo, princesa", respondió con una pizca de picardía en su tono. Luego, ambos se subieron otra vez a la moto y partieron de camino al castillo de Stolas.

"¿Estás bien?", preguntó Striker, su voz apenas audible sobre el estruendo del motor. "El tiempo pasó volando hoy"

Stolas asintió, aferrándose con fuerza a Striker mientras la moto avanzaba por el camino oscuro. "Sí, estoy bien. Gracias por traerme de vuelta", respondió, su voz mezclada con la emoción que todavía palpitaba en su pecho.

Striker sonrió de lado, "No hay problema, princesa. Es un placer", dijo, su tono cargado de complicidad.

Cuando finalmente llegaron a las puertas del castillo de Stolas, Striker detuvo la moto y se volvió hacia Stolas con una mirada seria.

"Antes de que te vayas, hay algo que necesito decirte", comenzó, su tono de voz serio y determinado.

Stolas lo miró con curiosidad. "¿Qué pasa?", preguntó, su voz ligeramente tensa.

Striker tomó una respiración profunda antes de continuar. "Lo que sucedió entre nosotros esta noche... Fue increíble, Stolas. Pero también sé que las cosas son complicadas entre tú y ese chico de IMP, y solo quier saber que no soy solo un reemplazo, porque tu no eres mi unica opcion, pero eres mi elección", admitió, su mirada buscando la de Stolas en busca de una respuesta.

Stolas se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Striker. Sabía que tenía razón; su relación con Blitzo era complicada y aun lo amaba demasiado, y lo que acababa de compartir con Striker solo lo complicaba aún más. Pero en ese momento, mientras miraba a Striker a los ojos, sintió una conexión especial entre ellos que no podía ignorar.

"Lo entiendo", respondió finalmente, su voz suave pero firme. "Pero eso no cambia lo que sentimos el uno por el otro, ¿verdad? Solo necesito un poco más de tiempo"

Striker sonrió, un brillo de alegría iluminando sus ojos. "Así es, princesa. Nada puede cambiar eso", afirmó, su tono lleno de convicción y esperanza, mientras se subía a su moto y volvía a las calles.






Stolas X Striker (Boyslove)Where stories live. Discover now