CAPITULO 11 (FINAL)

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Finalmente, rompió el silencio con su característico tono sarcástico. "Vaya, vaya... parece que me perdí la invitación sobre la fiesta de besos. ¿Qué pasa, Stolas? ¿Te conseguiste un nuevo juguete? ¿Ya no te soy util?", dijo con una sonrisa burlona, que escondía sus verdaderos sentimientos.

Stolas sintió un nudo en el estómago ante la presencia de Blitzo. Sabía que había cometido un error al acostarse con él, pero nunca imaginó que lo descubriría de esta manera.

"¿Ya te aburriste de mí? ¿Tienes un nuevo juguete ahora puta de mierda?", gruño Blitzo con rabia en su voz.

Por fuera, Stolas intentaba mantener la compostura, pero por dentro, se sentía herido y confundido. La idea de que Blitzo lo viera de esa manera le dolió más de lo que estaba dispuesto a admitir. "No es eso", respondió Stolas, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

Blitzo lo miró con desdén, sus ojos brillando con una mezcla de ira y decepción. "¿Entonces qué es?", preguntó, su tono lleno de sarcasmo y desdén.

La situación se volvió aún más tensa cuando Striker intervino, su temperamento ardiente en plena exhibición. "¡¿Qué mierda te pasa?!", gruñó apretando los dientes y avanzando hacia Blitzo con los puños apretados.

Stolas se apresuró a intervenir, deteniendo a Striker antes de que pudiera actuar impulsivamente. "¡Detente!", ordenó Stolas, su voz firme y autoritaria.

Striker se detuvo, aunque a regañadientes, su expresión aún llena de furia contenida. Miró a Stolas, buscando una explicación, pero Stolas simplemente le hizo un gesto para que se mantuviera atrás.

Con paso decidido, Stolas se acercó a Blitzo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.

"Nunca te vi como un juguete, Blitzo", comenzó Stolas, su voz temblando con tristeza. "Siempre te he amado".

Blitzo miró a Stolas con una mezcla de sorpresa y confusión, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Las palabras de Stolas resonaron en su mente, sacudiendo su percepción de la realidad. Por un momento, Blitzo se quedó en silencio, procesando la revelación.

"¿Qué?", murmuró Blitzo, sus ojos mostrando una mezcla de incredulidad y dolor. No podía entender cómo Stolas podía haberlo amado todo este tiempo sin que él lo supiera.

Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas de Stolas mientras miraba fijamente a Blitzo, sus ojos llenos de tristeza y determinación. Con manos temblorosas, acarició la cara de Blitzo con delicadeza y dulzura, como si estuviera despidiéndose de algo que una vez fue precioso para él.

"Yo... nunca te vi como un juguete, Blitzo", admitió Stolas con voz entrecortada. "Siempre te amé... quería que me amaras, pero nunca fue posible. Siempre pensaste que te veía como un juguete, cuando nunca fue así. Lamento que hayas pensado eso".

El corazón de Blitzo se sintió como si se hubiera detenido en su pecho mientras escuchaba las palabras de Stolas. La revelación lo golpeó como un puñetazo en el estómago, dejándolo aturdido y sin aliento. Se dio cuenta de que había interpretado mal las acciones y los sentimientos de Stolas todo este tiempo.

"Es hora de que te suelte, Blitzo", continuó Stolas con voz llorosa. "Ya no te amo más, y no necesitas preocuparte por tus negocios. Conseguí una piedra de Asmodeus para ti. Ya no es necesario que te fuerces a estar conmigo por el bien de IMP".

Las palabras de Stolas resonaron en el aire, marcando el final de una relación complicada pero significativa. Para Blitzo, era un golpe doloroso a su ego y a su corazón. Para Stolas, era un paso necesario hacia su propia liberación emocional y su búsqueda de la felicidad.

Blitzo se quedó sin palabras, sintiendo cómo el peso de sus suposiciones se desmoronaba a su alrededor. Por primera vez en mucho tiempo, se encontraba sin respuestas, sin saber qué hacer a continuación, sintio algo humedo en su cara y sin darse cuenta ya estaba llorando.

Blitzo miró con desesperación cómo Stolas se alejaba de él a pesar de estar frente a frente, en ese momento se dio cuenta que amaba a Stolas, llevándose consigo la última esperanza de un amor que alguna vez fue posible. Sus ojos reflejaban una mezcla de incredulidad y dolor.

El corazón de Blitzo se retorció de angustia cuando Stolas depositó la piedra de Asmodeus en sus manos, cerrando sus puños con fuerza antes de darle un beso en la frente, sacarle las lagrimas con un pañuelo de seda y luego despedirse. Las palabras de Stolas resonaron en su mente, pesadas como una roca: "Adiós para siempre, espero que seas feliz". Luego agarró a Striker de la mano y se dirigieron ambos hacia la salida del café.

Una sensación de vacío se apoderó de Blitzo cuando finalmente se dio cuenta de que lo había perdido todo. La realidad de la situación golpeó con fuerza, y se encontró de rodillas en el suelo, suplicando desesperadamente a Stolas que no lo dejara.

"¡Stolas, espera!", gritó Blitzo, su voz llena de desesperación mientras luchaba por contener las lágrimas, pero ya estaban corriendo por su cara. "P-por favor, no me dejes. Te lo ruego, no te vayas, yo te amo".

Striker observaba la escena con disgusto, sintiendo una mezcla de lástima y desprecio por la vulnerabilidad repentina de Blitzo. Estaba a punto de lanzar un insulto hacia él cuando Stolas intervino, sus palabras resonando con una serenidad inesperada.

"Ya es tarde para eso, Blitzo", dijo Stolas con calma, aunque su voz temblaba ligeramente. "Estábamos en el momento y el lugar equivocados. El corazón de una persona cambia, ahora amo a Striker. Quizás en la próxima vida tengamos una oportunidad".

Las palabras de Stolas resonaron en el aire, dejando un silencio tenso en el café, todos allí estaban en silencio. Blitzo se quedó mirando impotente mientras Stolas y Striker se alejaban, dejándolo atrás en la oscuridad de su propia desesperación, el intentaba gritar y decirle a Stolas que lo amaba una y otra vez, pero las palabras no salían de su boca, solo se quedaban atoradas en su garganta, su corazón latía demasiado rápido, no podía pensar coherentemente.

Por un momento, Blitzo se quedó allí, arrodillado en el suelo, sintiendo el peso abrumador de la soledad y el arrepentimiento.

Cada momento que paso con Stolas, paso como una ráfaga en su cabeza, cada expresión de afecto que tenía Stolas hacia el fue genuina y el no se dio cuenta o simplemente lo ignoró, se sintió solo y patético.

El piso frío y duro hacia que se sienta más miserable, luego de estar allí tirado lementandose todo lo que no supo aprovechar, finalmente después de diez minutos se levantó y camino hacia la puerta.

Fue algo doloroso, pero no podía volver el tiempo hacia atrás, sino sólo aprender de sus propios errores y seguir adelante "Quizás en la próxima vida", murmuró para sí mismo mientras salía de ese remoto lugar en ninguna parte del infierno.





Stolas X Striker (Boyslove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora