7. Oficialmente somos pareja

3K 244 54
                                    

Alessia

¿Había escuchado bien?

¿Me estaba pidiendo ser su novia?

Este hombre que parecía estar sacado de una revista de modelos me estaba pidiendo ser su novia, y para llevarse el premio también estaba intentado decir que quiere que me case con él.

Y todo a cambio de mi libertad, ¿yo quería ser libre?. No se que se sentirá esa clase de atrevimiento.

Parpadeo sin poder creerlo, vale, necesitaba procesarlo.

—¿Quieres pensarlo? —se atreve a preguntar.

No se que decir. Jamás en mi vida me había sentido tan presionada.

—No lo se, yo no lo sé en verdad —sigue en la misma postura anterior, agachado.

—Sabes que si aceptas no hay vuelta atrás y que no solo sería cumplir tu papel de novia, también de una próxima esposa y quizá... Una mujer feliz de darme hijos —me quedo muda.

—¿Hijos?, ¿hablas de tener bebés, de los dos? —no me hacía la idea de tener un hijo.

De dar a luz un hijo de Adrien y sabiendo que tendré una panza abultada, lo que más me alarma era que debemos tener relaciones.

Eso me espanto aún más.

—Si, bebés de los dos —me confirma—, antes de que imagines que tú y yo —nos señala a ambos— tendremos sexo, no. No te preocupes por eso, hay muchas alternativas para tener un hijo y tampoco me va hacerlo con una niña, no es por ofender pero me gustan con experiencia.

Suelto un suspiro de alivio al saber que no le intereso de esa forma en lo más mínimo.

No se mucho sobre las relaciones sexuales, lo básico que te enseñan. Cómo dijo, le gusta con experiencia, verdaderamente mujeres de su edad con suficiente experiencia de la cuál yo no poseo.
Y no me interesa saber, tengo una idea de como. Scarlett es bonita, cuerpo estupendo y con mucha cultura.

Alguien como ella.

—¿Entonces? —insiste.

¿Tengo alternativa?.

Me ha salvado, bueno no tanto pero que sería de mi en estos momentos si él no hubiese ido a ese lugar.

Probablemente no le debo nada, yo no pedí nada de esto sin embargo su mirada me da mucho que pensar. Hay un poco de vulnerabilidad, impaciencia.

Si lo hago no tengo nada que perder, aún así no se que pasara si digo que no.

—Supongamos que digo que no —curioseo.

Se para, su altura me asusta un poco, me intimida a grandes rasgos.

—Supongámoslo, buscaría a una doble tuya para que haga el papel ya que le dije a mi padre que eres mi novia. Yo tuve la culpa —al menos lo acepta—. Lamento meterte en mis líos, no tengo otra alternativa, tu eres la única. Otro cosa es que quedaría como idiota.

Que pena por él.

Es obvio que está tratando que acepte, sería su única salida.

—¿Y después de todo? —sabe a qué me refiero.

—Ya te lo dije, te dejaré ir. Mientras mantenemos la relación falsa puedes buscar que te gusta hacer, yo pagaré todo y si quieres estudiar no me opondré solo me dirás qué es lo que quieres y lo tendrás —tan magnífico, dispuesto a todo—. Cuándo te vayas tendrás dinero, te lo daré y podrás ir a dónde tu quieras.

El heredero Bouffart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora