Anna no sabe quién es, ni quién es su familia, pero lo descubrirá al viajar a Birmingham con su tutora y reencontrarse con su familia.
Anna Gray ~ Isaiah Jesús
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La presencia de Isiah le trajo cierta tranquilidad a Anna. No estaba segura de si siempre había sido así cada vez que había estado cerca de él, pero sabía que tal vez nunca le desagradó del todo, aunque en un momento lo intentó: había estado molesta con él por interferir en su vida, pero ahora estaba agradecida.
Ninguno de los dos supo cuánto duró el beso, pero por un momento pareció una eternidad, y en el buen sentido. Como ese tipo de para siempre en el que no te importa quedarte, como si algo se sintiera tan bien y bien que no quisieras que terminara. Pero para poder respirar hay que inspirar, así que finalmente Anna se separó de Isiah.
Hasta ahora sus ojos habían estado cerrados pero cuando sus labios ya no se tocaban, abrieron los ojos y se miraron fijamente por un momento. Había una señal de vacilación y preocupación en los ojos de Isiah, como si tuviera miedo de haber hecho algo malo y por eso Anna se alejó de él.
Anna se dio cuenta de esto inmediatamente y sacudió la cabeza, con una pequeña sonrisa adornando sus suaves labios.
- Está bien- susurró.
Suspiró aliviado. Lo que no quería hacer era hacer que Anna se sintiera incómoda y no sólo porque era la hermana de Michael y él lo mataría. A Isiah realmente le agradaba Anna.
- ¿Entonces estás bien?- Se aseguró.
- Sí. Estoy bien- dijo Anna. -Ya no pienso en las pesadillas.
Isiah se rió entre dientes. - Eso es bueno.
Cualquier pensamiento sobre sus pesadillas había desaparecido, dándole a Anna el tiempo y la energía para pensar en otras cosas. No vio a esas personas horribles de sus sueños y recuerdos cuando cerró los ojos, pero pudo sentir el recuerdo de los labios de Isiah en los suyos.
- Ummm, ¿quieres... quieres ir a casa? Si no estás allí antes de que Polly despierte, ella me perseguirá para matarme- dijo Isiah.
Anna sabía que debía volver a casa, pero por alguna razón no quería hacerlo. Tenía miedo de que tal vez el buen recuerdo y el sentimiento del beso de Isiah desaparecieran cuando llegara a casa y esos horribles sueños regresaran a ella. Ella no quería que esto sucediera; se sentía muy bien ahora y quería que esa sensación durara.
- Tal vez nos quedemos afuera. No creo que pueda dormir nada- dijo Anna.
Isiah no estaba tan seguro de esto ya que de hecho sabía que Polly lo mataría si Anna no estaba en casa cuando se despertara. Pero no podía decirle que no a Anna: creía que era físicamente imposible. Parecía tan tranquila ahora como si nada la estuviera molestando y si creía que sus pesadillas regresarían si se iba a dormir, Isiah no quería ser quien hiciera que eso sucediera.
