2. Un tulipan rosa.

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💐 Margarita Verá 💐

La mañana está tranquila, se podría decir, había llegado super temprano para preparar los pedidos de hoy e irme a la casa luego de entregarlos. 

En el momento en que pisaba la entrada de la tienda me encuentro con un pequeño narciso amarillo en mi puerta. 

—¡Pero qué demonios..!

Exclame, mientras lo quito hostigado y abro las puertas de cristal, tenía que ser precisamente amarillo. 

¿No podía ser de otro color? 

Dejando mi odio hacia esa flor atrás, me distraigo comiendo más rosas blancas recortando las hojas y espinas de las rosas, sacó la idea que tenía el cliente para este ramo y comienzo armarlo.

—Listo. 

Lo termino y salgo para buscar las flores del siguiente ramo. 

Afuera del almacén se encuentra un hombre de espaldas mirando las azucenas de la maceta. 

—¿Hola, lo puedo ayudar en algo?—preguntó amablemente. 

La persona se enderece y me doy cuenta lo alto que es, tal vez una cabeza más alto que yo, gira sobre sus talones y me mira. 

Los ojos verdosos se posan en mí y me estremezco ante la mirada sin importancia del chico frente a mi que lleva puesta una sudadera negra y su cabello negro largo se sale un poco por el frente. 

—Vengo por Tulipanes rosas. 

—Claro ¿Cuántos necesita? 

Su mirada seguía cada movimiento que mi cuerpo hacía y no se despegaban de mi, voy a morir joven si sigue mirándome así. 

—Quiero veinte tulipanes rosas. 

Sonrío y huyó al almacén para sacarlos, cuanto los tengo, salgo y lo noto en el mostrador tocando el pequeño cactus y Me apresuró de apartar su mano de este. 

—Se va a lastimar si lo sigue tocando—digo. 

Él me queda viendo y baja su mirada a mi mano que sostiene la suya y la apartó rápido. 

—Pensé que era falso. 

—Pues no lo es. 

Comienzo a calcular el precio de las veinte flores sintiendo su mirada en mi. 

¿Por qué me sigue viendo? 

—¿Te gustan mucho las flores? 

—Sí. 

—¿Y los colores y olores que estas traen? 

—También. 

—¿Y él color amarillo? 

Giro mi cabeza para verlo algo molesta ¿a qué vienen tantas preguntas tan de repente?

Es tan raro. 

—No ¿por qué preguntas? 

Cuestionó a la defensiva pasandole el ticket se compra. 

—Porque había un narciso afuera de la tienda de ese color, que dolor debe estar sintiendo el chico que te lo envió, lo han rechazado. 

Enarco una ceja mirándolo. 

—Sí, no comparto el sentimiento de que  siga sufriendo en silencio esa persona. 

—¡Eres tan fría con los que te quieren cortejar!

—No me están cortejando, me están molestando. 

A Margarita no le gusta el amarillo ✔Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon