your fault

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A la mañana siguiente amaneció con una tos espantosa, su garganta le dolía y sentía una presión en el pecho, Crowley no podía ni levantarse de la cama, sentía todo su cuerpo cortado, tendría que avisar a la universidad que no asistiría por unos días.

Lo primero que hizo fue llamar a su hermana, después llamo a la escuela para informarles de su condición, no hubo ningún problema con ellos, la secretaria de Metatron fue quien recibió la llamada, una mujer muy gentil a decir verdad, tomo una pastilla para el dolor y durmió todo lo que pudo, eso le pasaba por querer quedar bien con ese niño bonito.

Mientras tanto el niño bonito estaba confundido se sentó en su pupitre mientras el y sus compañeros esperaban al profesor de matemáticas, el jamás faltaba, y eso empezó poner ansioso a Aziraphale, tenía miedo de que algo le pudiera haber pasado a su querido profesor, sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz femenina entrando a la clase.

—Buenos días clase, soy la profesora Nina, y el día de hoy y mañana seré su maestra sustituta, ya que su actual profesor se encuentra enfermo.- La mujer daba las mismas vibras que el profesor Crowley, pero Aziraphale no quería otro profesor, quería a su profesor.

—Si no es mucho atrevimiento,- Aziraphale levanto la mano tímidamente- ¿Porqué se enfermo el profesor Crowley?-

—En realidad no lo sé muy bien, solo se que le dió un resfriado, ahora, pueden decirme en qué se quedaron en su última clase.-

¿Un resfriado? Oh no, había sido su culpa, si no le hubiera aceptado el paraguas el estaría bien y no enfermo, se sintió culpable por aquello, solo quedaba esperar por ver qué el profesor estuviera bien.

Pasaron dos días, y al tercero Aziraphale estás emocionado por ver a Crowley, en su mochila llevaba un obsequio para su profesor, para agradecerle tu amabilidad por prestarle el paraguas y una disculpa por hacer que se enfermará, corrió al salón en dónde sería su clase favorita, sin embargo para su sorpresa, no era el señor Crowley quien estaba sentado en su silla como siempre, si no la señorita Nina, triste y confundido se dirigió a su lugar a lado de Gabriel, le jalo del brazo y se susurro:

—¿Que paso con el Señor Crowley?- Gabriel entrecerró los ojos y miro a Aziraphale con expresión molesta.

—¿Hola?, el Señor Crowley, al parecer sigue enfermo.-

—Lo siento amigo, no nos hemos visto en toda la semana, ¿Cómo has estado?-

—Ya sabes, lo de siempre, papá no deja de joder en que soy un bueno para nada y...-- Aziraphale dejo de escuchar, el Sr. Crowley debe de sentirse muy mal como para faltar tres días seguidos, no dejo de sentirse culpable, recordó como sus manos se rozaron por un momento cuando le entregó el paraguas, su mirada de arrepentimiento y dulzura, su corazón latino tan fuerte que todo los ruidos de su alrededor se volvieron borrosos y solo podía sentir sus latidos provenientes de su pecho, el escenario de Crowley cubriéndolo de la lluvia se repetía y se repetía una y otra vez, se dió cuanta de que su mirada era a la nada y probablemente parecía tonto, recuperó su compostura y volvió a prestar atención a Gabriel y después de un rato la clase empezó.

Al final del día Gabriel lo acompaño a casa, al dejarlo en la puerta, Aziraphale sintió una mirada penetrante en su espalda, pero la ignoro y siguió su camino a su habitación, no tenía humor para liderar con ese hombre.

Ya se está haciendo de noche y Aziraphale esta con pijama en su escritorio con dos libros en frente, su computadora y la hermosa pluma que Crowley le había dado, "así si dan ganas de escribir" pensaba mientras se acomodaba sus lentes redondos para su lectura, se sentía cansado y lo único que quería era terminar sus tareas para poder dormir; para su mala suerte el sonido de la puerta rechinar lo hizo voltear, frente a el se encontraba la grande forma de Enzo entrando a su habitación, le sonrió y dejo ver dos chocolates caliente en sus manos.

𝑂𝑙𝑑𝑒𝑟・・𝚊𝚣𝚒𝚛𝚊𝚌𝚛𝚘𝚠Where stories live. Discover now