19. A la abuela, le gustan los pelirrojos.
Verena.
Tome aire, inspirando profundo por la nariz y soltando despacio por la boca. Estaba persiguiendo a mi abuela por todo el centro comercial.
Giro mi cabeza hacia la derecha, George no estaba mejor que yo. Tenía la cara roja y la respiración agitada.
— ¿De dónde saca tanta energía? Tiene 80 años. — pregunté mirando por donde ella se fue.
— La verdad, no lo sé. Su majestad es una mujer energética.
Asiento estando de acuerdo. Ambos comenzamos caminar, hasta que llegamos a la abuela. Quien tenía muchas bolsas de compras en la mano. Ella quería vivir la experiencia "Ser una mujer millonaria en sus 80", así que caminaba alegre y elegante por todos lados.
De alguna forma me hacía acordar, a la gata blanca. De la película animada "Los aristogatos". Refinada, coqueta y sabia cuando y como sacar las garras.
Estaba tan feliz de tenerla aquí, aunque me tuviera caminando de lado a lado.
— Abuela, podrías ir más despacio.
— No hace falta ir despacio, la vida pasa demasiado rápido. Para detenernos en un solo momento.
Comparto una mirada con George.
— Lo siento duquesa, pero su filosofía nos tiene de lado a lado.
— Bueno, está bien — rueda los ojos. ¡Mi abuela me rodo los ojos! — Vamos, última parada antes de comer algo. ¿Quieres hacerte un cambio de look?
— Claro....Espera ¿Qué? — pregunte confundida. Ella me tomo del brazo y me guio hacia la puerta de un local.
Un elegante establecimiento de belleza, estaba al frente nuestro. Ella le dio las bolsas a George y le dijo que podía descansar por algunas horas.
— ¿Qué planeas abuela?
— Un arreglo de uñas, pestañas, pies y que te hagas algo nuevo en tu cabello.
Levante mis cejas sorprendida, sin poder creerlo.
— ¿Qué? ¿Mi pelo?
— Ya se, que nunca te has hecho nada. Pero puedes intentar hacer un cambio, aunque sea minúsculo. Para superar una mala relación, las mujeres cerramos ciclos. Y los ciclos se cierran haciendo cambios.
Solté una carcajada, ante lo que dijo.
— ¿Qué sabe usted de cerrar ciclos? — cuestione intrigada. Ella me miro como si le hubiera dicho la mayor estupidez del mundo.
— Querida, las inglesas somos las pioneras de ese dicho popular — alegó con obviedad. — La princesa Diana de Gales, y su icónico vestido negro. Sin ir más lejos, cuando tu abuelo falleció, vendí toda su colección de cartas históricas y las pinturas de las cuales él estaba orgullo ¿Te acuerdas?
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¿Tenemos un trato?
ChickLitEzra está pasando por el peor momento de su vida, descubrió que su novia lo estaba engañando con su primo. Luego de terminar su relación, pensó que jamás volvería a verlos. Hasta que se enteró, que ellos asistirían a la boda de su hermana menor. La...