20. Rayos, calma y la cucaracha.

284 43 3
                                    

20. Rayos, calma y la cucaracha.


Ezra

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Ezra.

Me acerque a mi hermana menor. Justo a tiempo para quitarle un jarrón carísimo de la mano. El cual estaba por estampárselo a Estefan en la cara.

— ¡Devuelve me eso Ezra! — pidió enojada.

— ¿Para qué? ¿Para qué lo rompas contra la frente de Estefan? — pregunte sarcástico.

Dafne desvió su mirada asesina de su marido, para dirigírmela a mí. Creo que fue mala idea hablarle en ese tono.

— ¡Tú cállate! — espeto furiosa.

— ¿Qué sucede aquí? — Luca llego acompañado por mi padre.

— Hermanito — chillo Dafne, corriendo a los brazos de Luca. Quien la abrazo, mientras ella lloraba desconsolada.

Pero... ¿Qué acaba de pasar?

— ¿Qué paso? — pregunto esta vez en un tono más calmado a mi hermana. Pero fue Estefan quien respondió.

— Le encontré una bolsa de plástico, con restos de cocaína.

Me gire para mirar a mi hermanita, con un dolor terrible. Ella se dio vuelta para mirar a su esposo con odio e ira, nunca la había visto así.

— ¡Eso es mentira! — se giró de nuevo a mi hermano, poniéndole ojitos de cachorro. — No le creas nada, es un mentiroso. Yo no hago esas cosas — dijo a toda velocidad negando frenéticamente con la cabeza.

Mire a mi cuñado, quien estaba mirando a su esposa dolido. Se pasó una mano por la cabeza, suspiro frustrado.

— ¿Es verdad? — pregunte mirándolo a él.

— Ezra, si la niña... — comenzó papá, pero fue interrumpido abruptamente por Estefan.

— No la apañe más Vicenzo. Si no fuera por como la malcrió toda su vida, ella no estaría como está ahora. — le recrimino. Luego sus ojos castaños se enfocaron en los míos. — Si es verdad, sé que estuve algo ausente estos últimos meses. Pero ella recayó de nuevo, no sé en qué momento. Pero esto — metió su mano en su bolsillo, sacando una bolsita la cual contenía polvo blanco. No teníamos que ser inteligentes, para saber qué era eso. —, es una señal de que está volviendo a consumir.

— No es verdad — volvió a mentir desesperada Dafne. Nos miró a todos con suplicas en los ojos, lloraba como si la vida se le fuera en ello. — Es mentira. ¡Hermanito! — suplico mirando a Luca. Quien tenía la mirada dura, los labios apretados en una fina línea.

Luca veía a Dafne, como la niña de sus ojos, era la hermanita que siempre quiso. Por la que daría la vida, daríamos la vida ambos. Pero ellos dos tenían una relación cómplice, mucho más fuerte que la que yo tenía con ella.

¿Tenemos un trato?Where stories live. Discover now