El Camino sin fin: Cosmos infinito Vol.1

115 Precipicio

115 Precipicio

Después de pasar tiempo repasando los detalles de su próxima cita, Vahn se separó de Eina después de recibir su tarjeta de Gremio actualizada. Le sorprendió que también le dieran Valis adicionales de 3,7 millones como recompensa por su participación en la subyugación de Juggernaut. Parecía que la Familia Loki le dio mucho crédito por su participación, pero Vahn también sospechaba que era parte de su disculpa por su lesión. Los fondos de Vahn ahora consistían en 3.871.630 Valis y las tres piedras mágicas de alta calidad que podrían generarle 60 millones adicionales si las vendía.

De repente, Vahn sintió que se había vuelto increíblemente rico, pero considerando lo caro que era el equipo de alta calidad, sabía que en realidad no era tanto. Podría comprar una casa, incluso una mansión si quisiera, pero solo podría comprar uno o dos equipos forjados por un maestro herrero. Incluso el arma de Bell del manga costó un total de 200.000.000 Valis, pero eso se debió a su naturaleza como arma de crecimiento.

Mientras se dirigía hacia el punto de encuentro con Anubis, Vahn comenzó a preocuparse por intentar consultar a alguien sobre los problemas que enfrentaba con las mujeres. Las únicas dos personas que me vinieron a la mente fueron Tsubaki, Naaza y Chloe, pero ninguna de ellas parecía ser la elección ideal. Mientras estaba perdido en sus pensamientos, Sis habló en su mente, (*Vahn, debes convertir esos núcleos de alta calidad en OP. La energía dentro de cada uno vale entre 120k-150k OP cada uno.*)

Vahn se sorprendió por la afirmación de Sis e inmediatamente le dio permiso para convertir los cristales. Aunque podía venderlos o usarlos para forjar equipo, Vahn todavía estaba preocupado por completar su misión lo antes posible. Incluso había considerado forjar armas y convertirlas en OP para rematar los puntos restantes. Después de la conversión, Vahn tenía ahora 818.309 OP y no estaba muy lejos del millón requerido.

De mucho mejor humor que antes, Vahn aumentó su velocidad antes de llegar a la plaza en quince minutos. Su aumento de agilidad había hecho que, si tenía un poco de prisa, su ritmo natural lo hacía moverse más rápido que el ciudadano promedio que corría. El viaje que solía tomarle veinte minutos mientras corría, ahora solo le tomó quince mientras se movía casualmente a un ritmo rápido.

Al mirar alrededor del área, Vahn rápidamente encontró a Anubis parado cerca de todos los niños que estaban sentados en círculo a su alrededor mientras ella estaba sentada en un banco. Tenían comportamientos tranquilos y pacientes, y Vahn notó que estaban sentados con los ojos cerrados, casi como si estuvieran meditando. Anubis notó su acercamiento antes de aplaudir ligeramente para llamar la atención de los niños. "Nuestro Maestro ha llegado, todos ustedes hicieron muy bien en esperar ~"

Vahn vio a Anubis tomar una bolsa que contenía caramelos duros y comenzó a pasárselos a los niños quienes los recibieron con una sonrisa. Con esto, pudo confirmar que ella realmente podía recibir sus órdenes incluso si él no estaba presente. Curioso, Vahn preguntó: "¿Candy?" Anubis sonrió y explicó: "Por alguna razón, sentí que los niños merecían algunos dulces para celebrar los acontecimientos anteriores. Sin embargo, me aseguré de que comieran adecuadamente y esperé su regreso antes de recompensar su paciencia".

Al ver que su aura no había fluctuado en absoluto, Vahn pudo razonar que sus "órdenes" fueron interpretadas como un pensamiento o impulso para el receptor. Sintió mucha curiosidad e intentó enviar otra "orden" para que Anubis mirara hacia la cima de la torre. Era lo suficientemente vago como para no infringir demasiado su libre albedrío y también le permitiría confirmar su conjetura si ella cumplía.

Unos segundos después de enviar la "orden", Anubis tenía una expresión pensativa mientras miraba hacia la cima de Babel como si estuviera buscando algo. Vahn siguió su mirada antes de preguntar: "¿Pasa algo?" Anubis frunció levemente el ceño y respondió: "Sentí que mis instintos me decían que mirara hacia la torre, pero no puedo entender qué los desencadenó". Anubis parecía confundida acerca de su propio comportamiento y sacudió la cabeza para aclarar sus pensamientos.