El Camino sin fin: Cosmos infinito Vol.1

133 Relajación (2/2)

133 Relajación (2/2)

Después de responder las preguntas de Vahn, Hefesto intentó aclarar la incomodidad que ella sentía acercándose a Vahn y ayudándolo a desvestirlo. Vahn estaba muy sorprendido ya que era la primera vez que recibía ese trato por parte de una mujer. Aunque había desvestido a algunas personas recientemente, antes solo se había quitado la ropa. Que Hefesto lo desnudara lo hizo sentir muy emocionado y un poco nervioso.

Hefesto pareció complacido con sus reacciones, ya que ella ralentizó sus manos e hizo que el proceso tomara mucho más tiempo. Desafortunadamente, su deseo de burlarse de Vahn terminó volviendo en su contra ya que, con su entusiasmo aumentando, el de Hefesto también siguió creciendo. El acto de desnudar a un "hombre", especialmente uno que algún día sería su amante, era un concepto extraño para la diosa de la forja. Así como Vahn se había distraído con su cuerpo, ella también se distrajo con el de él y, después de quitarle la túnica por completo, no pudo evitar trazar sus palmas a lo largo de su cuerpo en un ligero aturdimiento.

Vahn había estado creciendo mucho recientemente y descubrió que su cuerpo, que antes era joven y flexible, estaba madurando y volviéndose más masculino últimamente. Los músculos de su pecho eran increíblemente flexibles, pero también muy resistentes cuando intentaba poner fuerza en sus manos. Era una sensación peculiar ya que su piel sana y bronceada casi tenía la ternura de una mujer manteniendo la firmeza de un hombre.

Al darse cuenta de que Hefesto había detenido sus intentos de desvestirlo, Vahn se divirtió un poco y quiso burlarse de ella mientras ella bajaba la guardia. Vahn le rodeó la cintura con las manos, le agarró el trasero y levantó su cuerpo usando un poco de su fuerza. Hefesto inmediatamente se sobresaltó ante el contacto y cayó hacia adelante hasta que sus senos quedaron presionados contra el pecho de Vahn. Con una sonrisa en su rostro, Vahn besó los labios de la nerviosa diosa mientras ponía más fuerza en sus manos.

Hefesto dejó escapar un gemido apasionado antes de abrir mucho los ojos y alejarse del pecho de Vahn. Ella comenzó a respirar pesadamente mientras se inclinaba ligeramente y lo 'miraba' diciendo: "No te dejes llevar..." Vahn tenía una expresión divertida y solo asintió con la cabeza mientras comenzaba a desabrocharse los pantalones. Hefesto todavía estaba tratando de calmarse, pero cuando Vahn se quitó los calzoncillos, cualquier apariencia de cordura que le quedara se disolvió en el olvido mientras contemplaba la vista incrédula ante ella.

Aunque había escuchado rumores de Tsubaki, esta era la primera vez que Hefesto veía el "potencial oculto" de Vahn. Dado que tenía experiencia con otros dioses en el cielo, Hefesto tenía algunas expectativas, pero ver el tamaño de Vahn en realidad sorprendió a la diosa de varios millones de años. No era que fuera increíblemente grande, sino el hecho de que, comparado con la altura y figura de Vahn, resaltaba y casi desequilibraba un poco su apariencia.

Una preocupación comenzó a pasar por la mente de Hefesto y, en contra de su buen juicio, no pudo evitar preguntar: "Las dos chicas con las que tuviste sexo antes... ¿están bien?" Cuando las palabras salieron de sus labios, Hefesto se sintió más avergonzada que nunca y no pudo evitar desviar la mirada de Vahn. Vahn, a quien le habían hecho una pregunta inesperada, miró hacia donde Hefesto había estado mirando y se sonrojó profundamente. No pudo evitar toser y dijo en voz baja: "Sí... están bien..."

La atmósfera en el vestuario se volvió muy incómoda y Vahn comenzó a sospechar que Hefesto no le creería, por lo que continuó: "Ais pudo tomarlo todo y pareció disfrutarlo mucho". Las palabras de Vahn golpearon a Hefesto como un martillo cuando la visión de la chica de cabello dorado pasó por su mente. En este momento, Ais era mucho más pequeña y menos madura que Hefesto y, aunque debería estar molesta por las palabras de Vahn, en realidad se sintió un poco aliviada.