Mal encuentro

6 4 0
                                    

Capitulo 5

Anthony pasó una buena noche a pesar de estar dentro de su celda, se sentía complacido con lo que había ocurrido con el guardia aquella noche, sabía que el día sería igual de agradable al tener que convivir con el oficial pelinegro, que por cierto, aún seguía sin saber su nombre.

El carcelero despertó tras aquella reparadora y larga siesta, abrió sus ojos con lentitud y talló estos con sus manos en puño para luego sentarse en el borde de la cama. Soltó un bostezo y volteó a ver los barrotes de su celda, ahí visualizó un costado del uniforme del guardia. Sonrió de lado y se puso de pie caminando hacia las rejas.

— Buenos días oficial. — Rio por lo bajo al no recibir respuesta. — ¿Seguirá ignorándome?

Preguntó burlón, levantó la mirada dirigiéndola a su costado para poder observar al guardia recargado en la pared, pero grata fue su sorpresa al darse cuenta que el oficial que cuidaba de él no era el mismo.

— ¿Quién eres y dónde está el guardia de anoche?

Lo que recibió como respuesta fue una profunda y muy seria mirada por parte del oficial Ethan, luego pronunció unas palabras de una forma demasiado seca y sin importancia.

— No se encuentra.

Dicho esto volvió a mirar al frente sin intención de volver a dirigirle la palabra, no se sentía deseoso de hablarle.

Por su lado el chico de cabello anaranjado bufó algo incómodo y recargó su cabeza en los barrotes.

— Eso ya lo sé, no soy estúpido, ¿dónde está?

Preguntó molesto, no era alguien con buena paciencia, solía enojarse muy rápido, pero aún así sabia que en la prisión no podía hacer todo lo que desease.

Al igual que la noche pasada, sacó su brazo por los barrotes de hierro y tomó la mano del oficial jalándolo hacia el, quedando realmente cerca.

— Respóndeme la pregunta o me voy a molestar.

Los ojos del asesino se oscurecieron, perdiendo el brillo que tenía minutos atrás, su expresión endureció y su agarre solo se volvió más fuerte.
Ethan cruzó miradas y observó un leve destello rojo al fondo de sus orbes que llamó su atención, un destello casi imperceptible y podría decirse que irreal. Soltó un suspiro y tras un corto forcejeo logró zafarse del agarre, se alejó del adverso y respondió.

— Su turno ha terminado.

Respondió firme alejándose de las rejas.

Anthony caminó frustrado de vuelta a su cama, sentándose en la orilla, revolvió su cabello con inquietud, se molestó al percatarse de que había desperdiciado sus horas con el guardia, aquel con el que se sentía influido por alguna extraña conexión. Pero por lo menos se enteró que podría verlo todas las noches, por lo que buscaría tener energía para estar el mayor tiempo despierto posible.

Un sonido apenas perceptible llamó la atención del oficial Ethan, un par de minutos después dos guardias hicieron aparición por aquel pasillo.
Mientras ellos se aproximaban, Ethan se posicionó frente a la puerta de barrotes de hierro.

— De pie.

Demandó el guardia mirando al preso quien seguía molesto por lo cual simplemente ignoró sus palabras, solo llevó la mirada del suelo hacia el oficial y notó como este tenía en sus manos un par de esposas, soltó aire por la boca y nuevamente miró al suelo, dando a entender que no le haría caso.

— No tengo todo el día, ¡levántate ya!

Espetó con fuerza demostrando su autoridad.
Anthony solo soltó un suspiro y se puso de pie de mala gana, caminó inconforme hacia la puerta y estiró sus manos hacia los barrotes permitiendo que el guardia le colocara las esposas.

Tras Las Rejas Where stories live. Discover now