Decisiones

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Capítulo 12

El Dragón llevaba 2 años fuera del negocio, ¿porqué volver ahora?

Travis y Leonard se encontraban platicando seriamente sobre el regreso de aquel mafioso.

Llevaban años investigando sobre esa red de narcotráfico, cada uno tenía sus propias razones, mismas que no estaban tan alejadas. Leonard era a causa de su difunto padre y Travis por su difunta hermana.

Cuando el pelinegro tenía 7 años su padre falleció dentro de fuego cruzado. La mafia Taipan y la familia Levant tuvieron diferencias y comenzaron una balacera. El padre de Leonard y la hermana de Travis fueron capturados como rehenes por parte de la mafia Taipan liderada por el muy nombrado Dragón. Estos dos fueron asesinados tras haber visto el rostro de aquel mafioso ya que lo mantenía secreto. Su injusta muerte llegó a los oídos de aquellos niños cuando ya tenían 22 y 28 respectivamente. Cinco años atrás.

Al enterarse de esto Travis y Leonard se conocieron y comenzaron con la investigación, querían dar con el Dragón para hacer justicia a mano propia. Gracias a esto, Leonard entró a trabajar con Travis a aquella cárcel, así podrían reunirse sin crear sospechas. Hasta la fecha siguen sin encontrar el nombre de la persona que les envió aquella información confidencial sobre la muerte de sus familiares.

— Debe tener algo entre manos, no volvería solo por que sí. — Respondió el de corta barba.

— Creo que la idea de que la Familia Levant está tomando mayor fuerza en Francia no es agradable.

Ambos hombres suspiraron al mismo tiempo frustrados por todo lo que ocurría, no encontraban respuestas en ningún lado. Todo parecía estar borroso, como si tuvieran las piezas del rompecabezas pero estas no encajaran entre si.

— Llevamos horas investigando, mi turno está por comenzar.

Leonard se puso de pie siendo seguido por Travis. Caminaron juntos hacia la puerta donde el jefe la abrió dejando que su amigo saliera en dirección a la celda del pelirrojo.

El chico de barba se recargó en el marco de la puerta con la mirada perdida en su compañero, pero su mente seguía recorriendo demasiadas ideas.
Luego de unos segundos regresó a la realidad volteando su rostro al escuchar una suave risa.

Divisó a su secretaria de pie junto a uno de los policías, hablaban animadamente de quién sabe que tema. Travis ejerció presión en su mandíbula al sentir los celos recorrer su cuerpo.
Desde el día que Clarisse decidió dar por acabada su relación no habían podido hablar sobre el tema, lo único que compartían eran cosas del trabajo, ya que ella no permitía que algo más saliera de la boca de su jefe.

— Clarisse por favor pasa a mi oficina, hay un caso que debemos tratar.

La rubia dirigió la mirada hacia su jefe, se mantuvo seria pero se negó con cortesía.

— Lo lamento señor pero me encuentro en mi descanso, usted me comentó que en este horario no me pediría trabajar.

— Es urgente.

El guapo oficial que platicaba con la joven se despidió con respeto ya que no quería meterla en problemas con su jefe.

Clarisse al ver que estaba sola solo suspiró y se dirigió hacia la oficina de su mayor, quien ya se encontraba dentro, sentado en su silla.

— ¿Qué ocurre jefe? — Preguntó ella hablando con un tono de voz respetuoso cerrando la puerta tras ella.

— Clary, puedes hablarme normal, estamos solos.

— Lo lamento señor, pero no puedo hacer eso, usted es mi jefe y debo respetarlo.

Se mantuvo cerca de la puerta.

Travis se puso de pie y se aproximó hacia la chica, pero esta rápidamente colocó la mano en la perilla.

— Si no hablamos de trabajo no tengo razón para estar aquí.

Giró la perilla a punto de abrir la puerta aún sin dar la vuelta, pero el mayor en un ágil movimiento colocó su mano en la puerta acorralando a la más baja. Ella solo sostuvo el aire y apartó la mirada. Quería mantenerse firme con su decisión.

— No puedo pasar más tiempo lejos de ti.

Susurró él muy cerca de su rostro, su espalda estaba inclinada hacia el frente para poder estar a la altura de la menor. Ella solo se mantuvo en silencio, cerró sus ojos y apretó la perilla que seguía en su mano.

— Tenemos que hablar de esto, no puede terminar así.

— No hay nada que hablar. Ya tienes una familia.

Respondió ella manteniéndose lo más firme posible. El hombre llevó su mano hacia la barbilla de la joven moviendo su rostro para quedar frente a frente.

— Abre los ojos Clarisse, mírame.

La chica tragó pesado y tras unos segundos sin reaccionar abrió los ojos topándose con aquel rostro que tanto amaba, podría estar molesta con él, pero no dejaba de amarlo.

— ¿Porqué hablabas con el oficial David?

— No te incumbe, ya no estamos juntos.

— Para mí esto no ha terminado.

El mayor se aproximó hacia el rostro ajeno quedando prácticamente a milímetros.

— ¿Usted si puede tenerme a mi y a su esposa pero yo debo serle fiel?

Cuestionó con molestia llevando su mano hacia la del adverso intentando alejar el cuerpo ajeno, pero el hombre tomó su mano y la elevó sobre el cuerpo de la chica pegándola completamente a la puerta, dejándola casi inmóvil.

— ¿Qué haces?

Dejó aquel tono formal, su cuerpo reaccionó inconscientemente ante aquel trato, amaba sentirse así y Travis lo sabía bien.

El más alto se aproximó hacia el cuello de la fémina oliendo este, provocando que ella cerrara sus ojos tensando su cuerpo al instante.

— ¿Quieres que la deje? — Susurró sobre la piel de la joven erizando su dermis al sentir su aliento chocar.

— Nunca me habías preguntado eso.

La voz de la chica sonaba casi en un hilo, se sentía atacada por su depredador, pero no quería desaparecer de ahí, solo deseaba escuchar aquellas palabra.

— Lo haré, la dejaré.

Se alejó del cuello de la joven volviendo a dejar sus labios casi juntos. Movió levemente su rostro sintiendo como sus belfos rosaban creando un cosquilleo en la boca de la joven.

El mayor no pudo soportar más, acortó la distancia fundiéndose en un necesitado beso, realmente amaba a esta chica, si, era menor que él, pero eso no alejaba la idea de que era la persona con la que quería compartir el resto de su vida.

Clarisse por su lado estaba teniendo una disputa mental al estar confundida, de igual manera que el mayor, ella lo amaba, pero la idea de que ya tenía un hijo le hacía prácticamente imposible poder imaginarse a su lado. Le dolía en lo profundo del alma ya que se sentía necesitada de su amor.

— No la dejarías.

Susurró la rubia entre aquel beso. Pero luego se afianzó a su orgullo y empujó con su otra mano al mayor quien soltó su agarre dando un paso para atrás. La miraba perplejo, no esperaba esa reacción.

— No volveré a lo mismo. — Continuó. — Hasta que no vea resultados no pienso regresar contigo. Seguiré con mi vida, así como tú deberías seguir con la tuya.

Tomó nuevamente la perilla de la puerta abriendo ahora sí esta, dando un paso fuera de la oficina.

— No lo hagas.

Susurró el jefe viendo como la chica salía por la puerta.

— Es tu decisión Travis.

Y dicho esto cerró la puerta dejando a su jefe parado observando la madera tallada de la puerta.

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Próximo capítulo
23 de Abril 2024

Tras Las Rejas Where stories live. Discover now