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Vaggie despertó sola.

Dónde debía estar su pareja solo habían sábanas desordenadas y un lugar vacío. Extrañada, se apresuró a cambiarse y arreglarse para ir en busca de ella. Quizá había sido mala idea dejarla sola la noche anterior, se veía estresada pero confío en que sólo iría a dormir un poco más tarde, nada más. Al parecer pensó mal, porque antes de salir de la habitación noto en el escritorio un montón de papeles desordenados y rayones bruscos, letra ilegible.

Bajó las escaleras y lo primero que vio fue a todos los residentes del hotel, menos Alastor, reunidos en el salón. Aparentemente estaban observando el brote psicótico de la princesa del infierno, quien estaba frente a tres grandes tableros llenos de hojas y dibujos mientras murmuraba cosas inentendibles. Estaba despeinada y pudo notar las grandes ojeras debajo de sus ojos. Ella no había dormido nada.

— ¡No entiendo por qué no funciona el plan! — Exclamó. — ¡Piensa, piensa, piensa!

— ¿Charlie? — Llamó, preocupada por lo mal que se veía la rubia.

— ¡Si empiezo con un salto de confianza cada mañana- ¿Pero qué pasa si- ¡UGhh! — Gruñó sosteniendo su cabeza, comenzaba a dolerle. — ¡Piensa en algo Charlie!

— ¿Estás bien? — No fue hasta ese momento que Charlie se percató del grupo detrás suyo, volteó y miró a su novia.

Sonrió de una manera para nada sana.

— ¡NO! ¡Nop! ¡Para nada! — Soltó risas temblorosas. — ¡Me quedé toda la noche despierta descifrando por qué mi plan no sirve! — Apretó fuertemente los papeles que tenía en sus manos. — ¡Ni los saltos de confianza ni compartir nuestros sentimientos! ¡Y sólo quedan pocos meses antes de que lleguen los angeles! ¡JAJAJA! — Los papeles en sus manos se incineraron cuando su forma demoniaca tomó el control de su apariencia, dejando ver sus ojos rojos y cuernos por un breve momento. — ¡Y a este ritmo...!

Vaggie sintió que era el momento de interferir, aportaría una opción que sabía no sería del agrado de la princesa, pero confiaba en que aún estaba lo suficientemente cuerda para entender que se les acababan las opciones.

Dió un paso adelante, pasando entre los demas.— Tal vez deberias-

— ¡No!

— Contactar-

— ¡No lo digas! — Corrió hasta tomar el rostro de su novia entre sus manos, a ese punto la princesa era más ansiedad que persona.

— A tu papá.

— ¡AGHH! — Se dejó caer en el sofá, Vaggie tomó las manos la sostenían y las envolvió con las suyas.

— Charlie, se que no quieres pero necesitamos toda la ayuda posible. — Intentó razonar.

El novio de papá. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora