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La canción estaba terminando de una manera totalmente distinta a como había comenzado.

Al principio, los dos compartían una distancia abismal que les impedía poder conocer la verdad de las acciones del otro, cayendo en un abismo de confusión y vacío que hirió de gravedad a ambos y obligándolos a tomar medidas para lidiar con el dolor de no tenerse mutuamente.

Mientras que uno recurrió a aislarse y refugiarse en los brazos del único que estuvo para él por años, el otro decidió separarse de aquello que le hacía tanto daño para poder continuar sin caer en el rencor ni la tristeza.

Pero ahora, aquello cambiaba.

Padre e hija, luego de mucho tiempo, compartían un momento íntimo y sólo de ellos, en dónde sus emociones y sentimientos estaban a flor de piel, diciendose aquellas palabras que por años quisieron escuchar, aquellas que necesitaban soltar y las que finalmente cerraban un capítulo en sus vidas para abrir otro.

Las sonrisas en sus rostros revelaban lo que a sus corazones tanto les había costado admitir, sus brillantes ojos demostraban cuánto habían anhelado ese momento y sus manos entrelazadas perfectamente, uniéndose con tanto cariño, eran la prueba del nuevo comienzo.

La princesa, sintiendo una calidez inmensa en su pecho y el como poco a poco su corazón dejaba ese vacío atrás, cantaba la dulce melodía con la voz angelical que había heredado del rey, quién no podía estar más orgulloso y rebosante de vida. En los ojos de Lucifer no había más que nostalgia, felicidad, alivio y claro, las pequeñas lágrimas que amenazaban con caer por su cara. Era un hombre sensible sin remedio, pero no se sintió mal por serlo, no si su hija estaba en las mismas condiciones que él, aguantando el llanto en un puchero cómico pero adorable.

Muero por saber de ti aún más... — Cantó con ternura, admirando el bello rostro de su pequeña y su sonrisa grande y brillante. Iluminaba su vida una vez más, el simple hecho de verla feliz hacia que Lucifer se sietiera lleno de vida.

¡Yo lo deseo, del mismo modo! — Ella continuó con emoción palpitante, alzando la voz sin importarle nada más que aquel reencuentro tan esperado con su familiar. Charlie se mordió un labio, no sólo en un intento de calmar los sollozos que querían salir, sino también tratando de descubrir si lo que estaba escuchando era un sueño.

Se sentía como uno, el mejor de todos.

En ti veo algo similar... — Tomó el rostro de su princesa, acunandolo entre sus manos. Ella cerró los ojos, sintiendo una calma que había extrañado por años.

Tardaste un tiempo... — Rió tímida su padre junto sus frentes, abrió los ojos para verlo.

Lucifer dejó de cantar por un momento para decir las siguientes palabras, dejando en ellas la emoción más pura de su significado.

El novio de papá. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora