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[. . .]

— ¡Oh, papá! Lo siento si te desperté...

Lucifer se apresuró a negar esa suposición, negando con la cabeza y una pequeña sonrisa. Volteó una última vez hacia el demonio antes de salir de la habitación y cerrar la puerta. Miró a la rubia, sintiendo poco a poco la ansiedad volver a crecer en él al tener que tratar con su hija una vez más, pues aún que lo que había pasado hace unas horas significaba un gran cambio en su complicada relación, no sería algo que se diera de la noche a la mañana. No sólo porque necesitaban arreglar demasiadas cosas entre ellos, sino porque Lucifer no estaría tranquilo a su lado hasta acostumbrarse a ella.

Sí, era triste saber que tenía que adaptarte y conocer a su hija de nuevo, pero no podía ignorar los nervios que sentía cuando la tenía cerca.

— ¡No estaba dormido, no te preocupes! — Quiso verse confiado y dispuesto, o al menos intentarlo. — ¿Qué sucede?

— Pues, hum... Quería... — Jugó con su cabello, las palabras que había practicado en el camino hasta allí se borraron. Su padre sólo se le quedó mirando parpadeando y eso fue peor, tomó aire y habló con rapidez. — Quería hablar contigo pero no aquí, ¿Q-Quizás en una de las habitaciones vacías?

— ... — Miró de reojo la puerta, quizás tardaría más de cinco minutos. — ... Claro, guía el camino.

[. . .]

Lucifer abrió la puerta y dejó que la princesa entrase primero, ambos divisaron una cama preparada pero evidentemente abandonada al tener una fina capa de polvo encima. Charlie se tomó un momento para limpiar un poco y así ambos poder sentarse, así lo hicieron no sin antes encender las luces.

Y luego se sumieron en un pequeño silencio incómodo en el que ambos miraban sus propios pies, Lucifer esperando que la más alta hable y ella repitiendo las mismas palabras que diría diez veces hasta senrir que estaba lista.

Usualmente era alguien más segura pero cuando se trataba de su papá era diferente, buscaba no arruinarlo y caerle bien.

Decidió ir directo al punto y la razón del por qué estaban allí.

— Quería pedirte perdón por todo lo que pasó antes.— Comenzó lento, miró sus propios cascos con arrepentimiento, dejando que las palabras salieran por si solas. — Yo te grite y fui grosera, estuve mal y no te merecías ese trato sin importar lo que pasó antes, estaba muy... Emocionada en el mal sentido y no pensé antes de actuar, fui egoísta y desconsiderada. — Lo miró con ojos aguados, sus labios temblorosos. — Por favor, perdóname, ¡Y-Y si no quieres hacerlo también está bien! ¡Estás en tu derecho! Sólo quería que sepas que yo-

— ¡No, no, no! — La tomó por los hombros, apresurandose a detener el llanto que notó aproximarse. — Charlie, no estoy molesto, no es tu culpa, cielo, tranquila. — La soltó tímido al darse cuenta que actuó sin pensar, le daba miedo cruzar límites, no se veían desde hace mucho tiempo y quizás ella lo veía como una clase de extraño. Sí, era un pensamiento bastante agobiante pero quería ser realista y no incomodarla. Pasó una mano por su cuello y  desvío la mirada. — Pasaron muchas cosas y todos estábamos muy... Eh, afectados. — Explicó, recordando sus propias actitudes que no ayudaron con todo lo que había sucedido a la vez. — No te preocupes, no necesitas disculparte. — Observó el rostro de su hija, no habían cambios. Bufó frustrado, no quería pero suponía que Charlie necesitaba escucharlo.— Pero si te hace sentir mejor, te perdono.

El novio de papá. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora