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1 semana después...

—¡Woah, eres tan bonito, pareces un ángel!

—No importa el color del traje, de igual forma te ves bien con todo.

—¿Estás seguro de que eres real?

—¡Tus pecas son tan bonitas!

—Ah... —Felix se sintió abrumado y un tanto nervioso al ver la cantidad de mujeres a su alrededor.

Cada una se encargaba de algo distinto y Hyunjin le dijo que era necesario verse con ellas para que el día de la boda salga perfecto. Felix pensó que estaría con Hyunjin, pero este se encontraba teniendo un charla con sus padres, así que tuvo que ir solo. No faltó mucho para que todas se le tiraran encima; una le tocaba el cabello, otra media su cuerpo con una cinta métrica y las restantes lo tocaban por todos lados mientras soltaban halagos. Debía admitir que estaba un tanto avergonzado por tanta atención femenina.

—¿Eres rubio natural? —Preguntó una de ellas tocando el muy suave cabello rubio de Felix.

—No... es teñido.

—¿En serio? —Se unió otra que no supo en qué momento también le estaba tocando el cabello —El tinte que usas debe ser muy bueno.

—Es un tinte de farmacia, realmente lo importante es saber cuidar el cabello —Dijo rascándose la nuca.

—Woah... y se preocupa por su apariencia física, es el hombre perfecto...

Felix estaba sorprendido del trato que estaba recibiendo. Por un momento pensó que los habitantes del palacio lo despreciarían por ser un plebeyo con suerte, en especial las mujeres, basándose en todas las películas que había visto. Grande fué su sorpresa al darse cuenta que todos en el palacio eran amables y tenían sonrisas tan brillantes como las perlas. Lo recibieron con todo el cariño del mundo y lo trataron como...

Como a un rey.

—Muchachas, dejen al joven Lee en paz, lo están asustando —Una dulce voz se escuchó a sus espaldas, era la reina Jin Kyung, quien entraba a la habitación con una sonrisa resplandeciente, luciendo un vestido corte sirena celeste que cubría su pecho y parte de su cuello. Su corona brillaba con la luz del sol que entraba por los ventanales. 

—Majestad —Las mujeres se separaron de Felix para hacer una pequeña reverencia y al verlas, reaccionó rápidamente para inclinarse también. La reina sonrió suavemente e hizo una seña con su mano para que las mujeres se retiraran, lo cual hicieron con sonrisas y risas. La mayor se acercó al rubio quien seguía inclinado y tomó delicadamente sus rostro con sus manos, levantándolo suavemente para conectar miradas. La reina abrió un poco más sus ojos como si en sus manos tuviera una gema preciosa de zafiro.

—De cerca eres mucho más bonito —Dijo acariciando las pecosas mejillas de Felix quien trataba de procesar lo que estaba sucediendo —Mi hijo tiene tanta suerte...

—M-Majestad... —Las mejillas de Felix comenzaban a enrojecer.

—Como una perla blanca... tu tez es perfecta, suave y radiante. Tu cabello dorado ilumina tu rostro, tus ojos son oscuros como la noche y la noche no es nada sin estrellas, por lo que Dios las tatuó en tus mejillas. Tus labios tienen una bonita forma de corazón y son...

—Majestad, por favor... —Felix con el rostro más rojo que un tomate bajó la mirada avergonzado —Agradezco los cumplidos, pero... yo...

—No te disculpes, cariño. La culpa fué mía —La reina sonrió —Me excedí un poco, suelo ser así cuando veo algo bonito, no quise incomodarte —Un leve sonrojo rosado y precioso adornó sus mejillas. La reina era una mujer bellísima, muchos la llamaban Diosa, porque fué bendecida con una encantadora belleza natural y un corazón más grande que el sol. Sin duda alguna, la mejor gobernante hasta ahora.

𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 ♕︎ { 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿 }Where stories live. Discover now