𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 ♕︎ { 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿 }

Extras Jeongbin ①

—¡Estoy muy seguro que fue la señora Escarlata con la soga en el baño! —Exclamó Seungmin, haciendo que Jisung gruñera con fastidio.

—¡Yo iba a decirlo! —Lloriqueó, acomodándose en el regazo de Minho —Jódete, Seungmin.

—Ya van 4 veces en las que gana —Bufó Felix, confirmando lo dicho por Seungmin cuando abrió el sobre.

—No es mi culpa que no sean buenos —Se cruzó de brazos el mencionado con una sonrisa orgullosa —Nadie es mejor que yo en Clue.

—Minnie, eres increíble —Añadió Chris, dejando un beso en su coronilla, sonrojando al menor.

—¡Consíganse una habitación! —Grito Jisung, rodeando completamente a Minho con sus brazos.

—Jisung, estas literalmente encima de Minho —Se cruzó de brazos el Rey.

Jeongin veía la escena frente a el, siendo incapaz de acompañar sus risas. No estaba ni siquiera jugando con ellos porque el juego requería 6 personas como máximo y el solito dijo que no quería jugar y estaría bien con solo mirarlos.

Pero se equivoco, no se sentía nada bien.

El sabía perfectamente que sus amigos y hermano hacían todo lo posible para incluirlo, pero a veces no se podía evitar que Jeongin se sintiera solo y el tampoco se permitiría arruinarles la felicidad diciéndoles como se sentía, era absurdo.

Suspiró y mientras reían, se levantó de su asiento y salió de la habitación para dirigirse a la suya. Como era de esperarse, Felix cerró el local y se mudó al palacio con su ahora esposo. Jeongin tenía una casa, pero a veces se quedaba en el palacio y Hyunjin había ordenado arreglarle una de las habitaciones para que se quedara ahí todas las veces que quisiera.

Una vez entró a la amplia habitación y se sentó en la orilla de su cama, viendo al suelo como si fuera la cosa más importante del mundo.

Se preguntó a sí mismo que se sentiría estar con alguien así como sus amigos, si realmente valdría la pena y lo haría feliz. No podía mentir, deseaba tener algo como ellos; deseaba no sentirse solo nunca más. ¿Podría algún día tener a alguien con quien estar siempre que se sienta solo? ¿Alguien a quien podría llamar para pasar el rato juntos? ¿Alguien que lo salve de ahogarse?

Con ese pensamiento en la cabeza, estiró su mano hacia uno de los cajones de su mesita de noche y lo abrió, sacando de ahí una pulsera con un dije de un cerdito. La miró por mucho tiempo, tal vez buscando alguna respuesta, tal vez intentando negar lo obvio.

Por otro lado, Felix notó que la silla en donde se encontraba su hermano estaba vacía, no pudo evitar preocuparse inmediatamente. Sus amigos estaban demasiado ocupados peleando por el juego de mesa como para notar otra cosa, así que se inclinó un poco para susurrarle a su esposo.

—Cielo, Innie no está, iré por el —Le dijo. Hyunjin volteó un poco la cabeza para confirmar que efectivamente, Jeongin no se encontraba en la habitación. Suspiró y asintió.

—¿Quieres que te acompañe? 

—No es necesario, solo hablaré con el para ver como está, vuelvo en un segundo —Dejó un casto beso en los labios del mayor y se levantó, marchándose de la habitación.

Felix, ahora Rey de Corea, caminaba por los solitarios pasillos de su nuevo hogar, preguntándose que podría hacer para hacer sentir bien a su hermano, para que admitiera en voz alta lo que le estaba molestando los últimos meses, pero sabía que eso no iba a suceder tan fácilmente, no mientras Jeongin siguiera pensando en su hermano mayor antes que en si mismo.

Jeongin no admitiría que extraña a Changbin con Felix en mente.

Incluso cuando ya no guardaba ningún tipo de rencor hacía Changbin, sabía que su hermano no iba a dejarlo pasar tan fácilmente, por esa misma razón sabía que el llanto silencioso de Jeongin era causado por la culpa que se sentía al no poder odiar correctamente a Changbin, pensando que perdonarlo estaba prohibido cuando no era así.