La boda

508 39 30
                                    

Martes 13 de febrero de 2024

Luna Pov

Hoy era el día de la boda. El comienzo del día se me había pasado volando. Ya en unas horas, Carlos vendría a buscarme para ir juntos.

Pedri y yo nos dirigimos la palabra lo justo y necesario. Él seguía enfadado, y yo estaba enfadada porque él estaba enfadado. No comprendía por qué le daba tanta importancia a que acompañara a Carlos, no era para tanto.

Igualmente, no permití que afectara mi humor. Hoy iba a ir a la boda le gustara o no. Ahora me encontraba en nuestra habitación, semidesnuda, buscando el vestido perfecto para esta ocasión.

Me pegué un pequeño susto cuando alguien abrió la puerta estruendosamente.

-Amor-me llamó Pedri aún desde la puerta.

Anda volvía a ser amor. Parecía que se le había pasado al fin el enfado.

-No vayas por favor-me pidió con tono suave-quédate conmigo, aquí, en casa-se acercó a donde yo me encontraba y me cogió ambas manos para dejar pequeños besos en ellas.

Yo me derretí ante su tacto.

Me lo pidió con una cara de pena y de cachorro abandonado que casi logró que cambiara de opinión.

-Se lo prometí, Pedri, y faltan ya solo unas horas. No puedo fallarle de esta manera.

El me soltó las manos y suspiro cansado.

-Joder vale-acepto malhumorado.

-Pero no te enfades-le pedí intentando acercarme de nuevo a el.

El se separó de mi y se sentó en la cama derrotado.

-Es que no sólo me tengo que preocupar por el, sino por el montón de solteros que habrá que querrán ligar contigo. Es que me pongo malo solo de pensarlo-confeso angustiado.

Me sabía mal verlo así. Parecía que realmente le afectaba pensar que yo podría hacer algo con otro.

-No tienes que preocuparte de nada, porque yo al único que quiero es a ti ¿vale?-confesé casi sin meditar mis palabras.

El me miro sorprendido. Seguro no se esperaba esa confesión.

-¿Me lo dices de verdad o para que me calle?-me preguntó esta vez más animado.

-Te lo digo de verdad-aseguré-confía en mi, yo ahora mismo solo quiero estar contigo. No me interesa nadie más, te lo juro.

Y era verdad, ahora mismo me veía incapaz de estar con otra persona.

El pareció aliviado por mis palabras.

-Es que, tengo miedo de que encuentres a alguien mejor y te vayas con él. Tengo miedo de que un día me digas que ya te has cansado de mí y te vayas de casa. Eres mi hogar, Luna, y desde que te conocí, ya no puedo imaginar mi vida sin ti. Te quiero a mi lado hoy, mañana y siempre-se acercó a mi rostro y susurró las siguientes palabras-Te quiero para mi, solo para mi-confesó, alterando su mirada de mis ojos a mis labios.

Y no me hizo falta nada más para lanzarme a sus labios. Nos besamos apasionadamente, pero rápidamente me separé. Tenia muy claro lo que quería hacer.

Pedri Pov

La observé arrodillarse ante mi, y esa simple imagen hizo que me doliera el pecho y me palpitara la polla.

-¿Que haces?-pregunté casi sin aliento.

Verla en esa posición me estaba matando.

-Pedirte Perdón-dijo desabrochando mis pantalones.

La dulzura de la serendipia //Pedri González ⚽️Where stories live. Discover now