Una pequeña sopresa

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Maratón 3/3
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Pedri Pov

Había pasado toda la noche llorando. No me podía creer que Luna se había ido. Lamenté profundamente haber seguido el consejo de Ferran. Si no lo hubiera hecho, Luna aún estaría a mi lado.

Me arrepentí de cada llamada que no contestó anoche, temiendo que su "se acabó" fuera definitivo. Esperaba con ansias que cumpliera su promesa y regresara a casa hoy mismo.

Fui al club sin ganas de vivir, con la única esperanza de verla ahí y arreglar las cosas con ella. El corazón me latía con fuerza, lleno de incertidumbre y remordimiento por lo sucedido.

     (...)

Luna Pov

No había dormido peor en mi vida. Había echado de menos muchísimo a Pedri. Lo quería más de lo que pensaba.Y estaba dispuesta a luchar por lo nuestro.

Cuando me calmé y reflexioné, me di cuenta de que había creado un problema donde no lo había, y que en verdad me estaba alejando de él porque no era capaz de disfrutar la felicidad, siempre estaba esperando el golpe. Era hora de dejar de sabotear nuestra relación y permitirme ser verdaderamente feliz junto a él.

Por eso decidí organizar una pequeña sorpresa para pedirle que sea mi novio oficial. Mi padre me había ayudado con una de las sorpresas, ya que tiene contactos en el mundo del fútbol. No podía esperar para ver su reacción.

(...)

Al entrar al club, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que el día podría deparar. Mis pasos se dirigieron de manera instintiva hacia el campo, donde esperaba encontrarme con Pedri.

Al llegar al campo, mis ojos buscaron ansiosamente entre los jugadores, buscando el rostro familiar de Pedri entre la multitud.

Al encontrar finalmente la mirada de Pedri, mi corazón dio un vuelco, pero rápidamente noté algo diferente en sus ojos. En lugar de la chispa de energía y alegría que solía irradiar, vi una sombra de tristeza. Su mirada parecía cansada, como si no hubiera dormido bien en días.

Me sorprendí por la expresión que se reflejaba en su rostro, el remordimiento me inundó al ver la tristeza en los ojos de Pedri. Un sentimiento de arrepentimiento se apoderó de mí por haberme ido de esa manera, sin siquiera considerar cómo podría afectarle.

Me di cuenta de que mi partida había sido un acto de impulsividad y egoísmo, pero al mismo tiempo, me había servido como un despertar. A medida que reflexionaba sobre mis acciones, me di cuenta de cuánto extrañaba a Pedri y cuánto deseaba estar a su lado. La distancia había intensificado mis sentimientos sin lugar a duda.

Al ver a Pedri caminando con determinación hacia mí al final del entrenamiento, sentí un impulso de deseo de hablar con él y resolver las cosas de una vez por todas. Sin embargo, el tiempo no estaba de mi lado y sabía que tenía que irme rápidamente para poner en marcha mi plan.

Con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, apenas tuve tiempo de intercambiar una mirada con Pedri antes de dar media vuelta y salir corriendo lo más rápido que pude.

—Ferran—le llame para que me siguiera—por favor lleva a Pedri a este lugar—le di en un papelito con la dirección— tengo que hablar con el, pero antes tengo que ir a por unas cosas—expliqué con urgencia.

La dulzura de la serendipia //Pedri González ⚽️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora