Te amo

419 36 52
                                    

Luna Pov

Nada más llegar a casa, lo primero que hice fue encerrarme en mi habitación sin dar explicaciones.

Llamé a Clara para contarle la pelea con Pedri, y así desahogarme, pero sorprendentemente estaba de su lado. Decía que entendía que se enfadara por ello y que no se fiaba para nada de las intenciones de David. No entendía por qué nadie comprendía mi situación. ¿Por qué preocuparse tanto por las intenciones de David? Soy yo quien debe tomar medidas si algo sucede. Todo lo que necesitaban hacer era confiar en mi.

Pocos minutos después de terminar la llamada con Clara, recibí un mensaje de Carlos. Me preguntaba si al final podría ir a su fiesta, ya que nunca le había dado una respuesta.

Pensé durante varios minutos en la decisión. No quería quedarme en casa, atormentándome con mi situación actual con Pedri. Lo mejor que podía hacer era salir y despejarme. Así que al final le respondí que sí.

Preparé mi vestimenta, un bonito vestido blanco corto, y me preparé para ir a la ducha. Justo cuando estaba a punto de entrar, mi padre me llamó diciendo que había visita y que era para mí. Rápidamente me puse el albornoz de la ducha y bajé lo más rápido que pude, preguntándome quién podría ser a estas horas.

—Amor—me llamó Pedri al verme.

Me sorprendí al ver sus ojos rojos, parecía haber llorado. Mi corazón se apretó al verlo así.

—Pedri—dije sorprendida por verle en el salón de mi casa.

Se acercó a mí y me abrazó con fuerza mientras se escondía en mi cuello.

—Lo siento mucho, amor. No quiero darnos un tiempo, ni ahora ni nunca. No puedo estar sin ti, y no quiero estar sin ti. Perdóname —me pidió angustiado.

—Pedri, no quiero tu perdón, solo quiero que me entiendas y confíes en mí. Eso es todo lo que te pido, por favor. Yo tampoco quiero estar alejada de ti, pero tu desconfianza también daña no solo a mí, sino también a nuestra relación—le intente explicar.

Él se separó de mí y me cogió la cara con ambas manos, acariciándome las mejillas con ternura.

—Joder, amor, claro que confío en ti. Perdón, me dejé llevar por mis inseguridades y siento haberte culpado. No son tu culpa, pero es que tengo miedo de perderte, y eso me hace actuar de manera irracional a veces. Pero prometo trabajar en mis inseguridades y en confiar más en ti. No quiero que esto nos separe, cariño—expresó, con sinceridad en su voz.

Sonreí. Este sí era mi Pedri, el Pedri del que estaba enamorada hasta las trancas. Verlo dispuesto a enfrentar sus miedos y trabajar en la relación me recordó por qué lo quería tanto.

—Escúchame, te quiero muchísimo y ni David ni nadie se compara a ti, ¿entiendes? No tienes que preocuparte porque no hay competencia, nunca la habrá. Eres mi primer novio y espero que seas el último. Yo solo quiero estar contigo, amor—expresé, mientras lo miraba a los ojos con sinceridad y cariño.

Pedri respondió con una sonrisa radiante, feliz por mis palabras y aliviado por mi confesión.

—Eres mi todo, amor. No hay nadie más en mi mente ni en mi corazón que tú. Confío en nosotros y en nuestro futuro juntos. Te amo—confesó con amor en sus ojos mientras me acariciaba la mejilla.

La dulzura de la serendipia //Pedri González ⚽️Where stories live. Discover now