Somos unos tontos

414 36 58
                                    

Luna Pov

—No—negué con la cabeza molesta.

Pedri me miró expectante.

—No, ¿qué?

—Pues que no me parece bien—tomé aire repetidas veces y opté por decirle lo que verdaderamente pensaba—Pedri, me parece injusto que siempre tenga que ser lo que tú quieras. Estoy cansada de adaptarme siempre a ti y que tú nunca hagas lo mismo por mí. Estas opciones solo te favorecen a ti, y no pienso ceder esta vez.

Pedri frunció el ceño en desacuerdo.

—Pues yo tampoco pienso ceder. Lo que me estás pidiendo es que nos separemos por un mes, Luna. Es mucho tiempo. Y quiero pasar el verano a tu lado, no sin ti. Parece como que me quisieras quitar de en medio.

Sus falsas acusaciones, provocadas por sus inseguridades, me exasperaron.

—Pedri, estás interpretando mal la situación. Ese tiempo nos puede venir bien para reforzar la relación. Estamos las 24 horas del día juntos, y nos vendría bien un poco de espacio personal, tú con tu familia y yo con mi hermano. No pasa nada por un mes, mantendremos el contacto, no es como si fuera a desaparecer...

Pedri parecía aún más frustrado.

—No lo entiendes, Luna. No es solo el tiempo que estaremos separados, es lo que eso significa para mí. Siento que no valoras lo que tenemos juntos.

¿Que yo no valoraba lo que tenemos juntos? Estaba flipando.

Su falta de comprensión me hizo sentir aún más distante. Respiré profundamente antes de responder, sintiendo la indignación correr por mis venas.

—Ja, ¿no valorar lo que tenemos juntos? ¿En serio piensas eso? He luchado tanto por nuestra relación, siempre poniéndote a ti y tus sentimientos por delante incluso de los míos. He sido comprensiva, te he apoyado siempre y estado cuando me necesitabas, incluso cuando me alejabas. Y ahora, cuando intento expresar mis propias necesidades, tú simplemente no lo entiendes.

Pedri bajó la mirada y no respondió. Era evidente que mi argumento lo había dejado sin palabras. El sabía que, en el fondo, yo tenía razón, pero su terquedad le impedía aceptarlo.

Opté por continuar, sintiendo la necesidad de zanjar el tema. Estaba claro que no íbamos a llegar a ningún acuerdo.

—Pedri, solo pido un poco de consideración hacia mis necesidades también. Si no puedes entenderlo, entonces no sé qué más puedo decir.

Ambos permanecimos en silencio, enfrascados en nuestra propia frustración. Finalmente, decidí tomar una decisión.

—La próxima vez que hablemos sobre esto, espero que sea para encontrar una solución que tenga en cuenta las necesidades de ambos. Si no puedes hacerlo, entonces prefiero no hablar más al respecto.

Sin esperar respuesta, me recosté para tomar el sol, decidida a dejar atrás la discusión.

                                     (...)

Pedri Pov

Luna estaba enfadada. Muy enfadada.

Nunca la había visto así. Normalmente, su enfado se disipaba rápidamente, pero hoy no era el caso.

Sabía que tenía razones para estar molesta conmigo. Comprendía su frustración, pero la solución que ella proponía tampoco me parecía correcta.

¿Un mes separados? ¡Ella en Francia y yo en Canarias!

No había forma de que eso pudiera salir bien. No estaba dispuesto. Me había acostumbrado a verla cada día, cada mañana al despertar y cada noche al dormir. Privarme de eso durante un mes me parecía una pesadilla.

La dulzura de la serendipia //Pedri González ⚽️Where stories live. Discover now