Capitulo 23

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Thiago

Observaba a Evelyn dormir, hacía ya casi diez minutos había quedado rendida y se veía tan pacifica, tan preciosa.

Me había dicho que odiaba que la miraran dormir, pero simplemente no podia evitar admirarla, era la chica más hermosa que había visto en mi vida, pero contra todas las ganas de seguir observándola, la cubrí con la manta y salí de la habitación.

No quería sentirme como un acosador.

Ya me sentía como un imbécil por hacerla llorar, simplemente no lo pensé y solté aquellas palabras y sospecho que lo que le dolió más fue la forma en que le hable más que lo que había dicho.

Me encamine a la habitación de invitados donde me dispuse a dormir, sinceramente odiaba dormir en otro lado que no fuese mi habitación y mi cama, pero quería que el olor de Evelyn quedara impregnado, su olor dulce y delicioso.

Eso y además las camas de las habitaciones de invitados tanto de esta casa como la de la cuidad no eran cómodas, eran bastante duras, la mía era especial para la postura y muy, pero muy cómoda y sabiendo que tenía problemas para dormir, no iba a permitir que la pasara mal.

No tenía planeado en absoluto quedarnos aquí, ni si quiera planeaba que estuviésemos juntos más de veinticuatro horas seguidas, pero no me molestaba en lo más mínimo, a pesar de que estaba preocupado por lo que Miriam había dicho sobre la abuela de Evelyn, le agradecía infinitamente por darme más tiempo junto a su hija.

Me acomode en la cama y cerré los ojos con una sonrisa en mi rostro, gracias a la maravillosa idea que acababa de tener, solo esperaba que Evelyn no me mandara a la mierda.


~


Me desperté más temprano de lo habitual en un sábado por la mañana y por suerte Evelyn aún seguía dormida. Sali a correr un rato y al regresar me di una ducha corta y me coloque un pantalón, también tome una playera, pero tenía calor así que solo la baje conmigo, pero no me la coloque.

Prepare el desayuno, o lo mejor que pude, pues yo siempre había tenido quien lo hiciera por mí, pero quería ser un buen futuro novio para ella.

Hice waffles, aunque tuve que buscar la receta en internet, piqué un poco de fruta, (mi más sentido pésame para aquellas deformidades) serví jugo y acomodé todo en la mesa del jardín y con un poco de chocolate dibujé un corazón en los waffles.

Evelyn aun no despertaba así que espere a que lo hiciera, mientras repase varias jugadas y estrategias, pues la temporada de Hockey se acercaba, también las pruebas y eso me ponía ansioso, tenía que saber organizarme, de lo contrario acabaría fallando en ambas cosas.

Unos veinte minutos después Evelyn bajo, al parecer se había dado una ducha y había rebuscado en mi armario, pues llevaba puesto otro suéter mío y una playera, llevaba la misma falda de ayer y suponía que no había encontrado nada que le quedase, el suéter ya le quedaba enorme y se había fajado la playera, aun así, se veía hermosa pero no debía ser comodo.

—¿Piensas envenenarme? —Señaló la comida mientras se colocaba sus lentes.

—Buen día para ti también preciosa. —Sus mejillas se tornaron rosadas e intentó cubrirse, no dije nada pues no quería incomodarla, pero se veía demasiado tierna cuando lo hacía.

Se sentó en la silla a mi lado, había colocado su desayuno ahí pues sabía que le incomodaba que la vieran comer, guardé la libreta en la que trabajaba y cuando volví la vista hacía Evelyn estaba mirándome fijamente y no exactamente el rostro, luego recordé que no llevaba camiseta y sonreí con ganas.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora