Capitulo 32

1K 63 2
                                    

Recuerdos

Todo había comenzado dos años atrás, en mi primer año de secundaria y aun lo recordaba como i hubiese sido ayer, a pesar de mis esfuerzos por olvidarlo.

La tarde en que todo comenzó, había decidido ir hacia los campos de futbol a relajarme un poco, tenía una hora libre y la provecharía para adelantar el libro que había comprado el día anterior.

No había sol ese día, así que me sente en las gradas cómodamente, hasta que varios chicos con uniforme comenzaron a entrar a la cancha, pero lo que me confundió fue que llevaban el uniforme de Hockey en vez de el de futbol o lacrosse, que es lo que se practicaba aquí. Bueno yo aun era nueva, así que no podia opinar mucho.

Como de costumbre yo pase inadvertida, sobre todo porque algunas chicas llegaron a babear por los tíos y ellos obviamente disfrutaban de la atención.

Patetico.

Me había cambiado al brown college para huir de todo lo que mi anterior escuela implicaba, como a media escuela acosándome o molestándome y ni que decir de Sophia, mi supuesta mejor amiga que había decidido que la popularidad era más importante que cualquier otra cosa y ahora se dedicaba a arruinarme la vida.

Pues no fue la mejor decisión, ella y varios de lo chicos se transfirieron a esta escuela, aunque debí imaginarlo, este colegio era para gente pija y aunque había otros aún más costosos, no quitaba el hecho de que Robert había hecho un esfuerzo por pagarla, no éramos ricos, pero podíamos permitirnos esto.

La buena noticia era que a pesar de que conocía a varios que me molestaban, dejaron de lado eso para poder darse un lugar aquí, donde si o si tenían que volverse los más populares. Sin mencionar que este lugar era enorme y podia perderme con facilidad, la universidad estaba en el mismo campus a unos doscientos metros y eso ayudaba en el hecho de que a ellos no les importabas una mierda y si estabas solo o no, no lo notaban.

De pronto un golpe en seco causo que mi mochila -la cual estaba abierta- se callera y por extensión mis libros también. Luego me di cuenta de que un balón me había caído, aunque más que nada a mis cosas y todos me veían o burlones o preocupados, pero en su mayoría burlones.

Mis mejillas se encendieron de la vergüenza, odiaba que la gente me mirara, así que comenzó a levantar mis cosas, pero para mí magnifica suerte algunas cayeron abajo de las gradas.

Genial.

—¿Todo en orden? —Me gire para ver a uno de los jugadores en la reja, mirándome.

—Ah, si todo en orden.

—¿Necesitas ayuda con eso? —Señalo mis cosas tiradas.

—No, gracias solo debo ir por ellas.

Me levante y fui directo a la parte de debajo de las gradas para levantar mis pertenencias, gracias a la nieve algunas estaban mojadas, pero al menos mi libro esta sano y salvo.

Cuando tuve todo me dispuse a irme pero al darme la vuelta choque contra una enorme figura, era el mismo chico que se había acercado y estaba algo sudado y en su camiseta se leía Icerinks y el logo del colegio.

—Lamento eso. —Señalo mis cosas.

—¿Tu arrojaste el balón?

—Si, pero no quería golpearte, en todo caso es culpa de Elliot por no atrapar el balón.

—Ya, pues deberían tener más cuidado.

—Lo haremos.

Me miraba con una sonrisa demasiado encantadora a mi parecer, pero probablemente era la sonrisa del tío rico sin preocupaciones, arrogante, prepotente y con muchas chicas detrás de él, ah y capitán del equipo de... ¿hockey? ¿futbol?

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora