Capitulo 40

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Thiago

Abrí los ojos lentamente y con mucho esfuerzo, me costó un poco acostumbrarme a la luz que se colaba por la cortina y en cuanto logré abrirlos completamente una punzada me atravesó la cabeza, joder, había olvidado lo desagradable que era una resaca y lo peor de todo es que ni siquiera había bebido demasiado.

Me levanté de la cama con el dolor intensificándose, pero lo ignore. Traía puesta el pijama, pero ni siquiera recordaba haberme cambiado, entre al cuarto de baño y al verme al espejo confirmé que era un completo desastre, me di una ducha para relajar mi cuerpo y entonces recordé que anoche Harper me había golpeado en el estomago.

No era algo grave, sentía el ligero dolor como cuando haces ejercicio por primera vez y la zona estaba roja e irritada, pero probablemente se quitaría en unos días. El imbécil no sabía golpear, pues no quedaría algún morado, la cuestión fue que logró sacarme el aire y además me drogó.

Ese tío enserio tenía una puta obsesión con eso de usar las drogas, quizá debía averiguar si ya lo había hecho antes para usarlo en su contra y muy probablemente sí que lo haya hecho. Por otro lado, los recuerdos fueron apareciendo poco a poco y cada vez me sentía más de la mierda, seguía siendo una incognita porque mierda estaba ahí Evelyn, pero eso ya no podia cambiarlo, ahora solo debía enfocarme en que me perdone.

Aunque Andrew me las pagaría caro por haberme engañado, fue obvio que ellos planearon todo, ¿pero lo que no entendía es como sabían que Lin estaría ahí? En fin, Sophia a pesar de caerme fatal no formaba parte en mi lista de a quienes repudiaba y ahora la haría pagar por lo que hizo.

En fin, después de cambiarme baje a la cocina por un poco de agua, pues mi garganta la pedía a gritos y para mi sorpresa mis padres estaban ahí, era raro ya que a esta hora siempre estaban ya en el trabajo.

Ambos me miraron atentamente y por alguna razón me sentí intimidado a pesar de ser bastante mayorcito. Aun así, traté de pasar de largo e ir por el vaso de agua, ellos tampoco pronunciaron palabra mientras me terminaba dos vasos de agua, después de hidratarme me sente con ellos en la barra y tomé un poco de fruta y tortitas que desayunaban.

Mi padre inclusive dejo su periódico para mirarme y eso sí que me hizo saber que ellos habían visto el estado en el que llegue ó quizá Josep se los había comento, necesitaba tener una buena charla con él.

Intenté mantenerme indiferente ante sus miradas inquisitivas y continue comiendo con total despreocupación, aunque por dentro estaba sufriendo cincuenta paros cardiacos y mi mente estaba por colapsar.

—¿Algo que decir hijo? —Preguntó mi padre con mirada seria.

—No, ¿y ustedes?

—No te hagas el gracioso ahora.

—No lo hago, solo quiero desayunar tengo mucha hambre.

Ambos se miraron y luego nos sumimos en un silencio denso que estaba molestándome bastante.

—¿Quieres contarnos porque ahora usas drogas? —Habló papá serio y directo.

—No uso drogas.

—Creí que con el escándalo que armó la prensa serías más cuidadoso.

—Es que no era mi intención, alguien le hecho algo a mi bebida y no lo note.

—¿Quién ha sido?, debemos denunciarlo. —Protestó papá y mi madre asintió de acuerdo.

—No lo sé, no me di cuenta de nada.

—¿Hay querido, pero estas mejor ahora? —Mamá acarició mi brazo con cariño. —¿Nadie te hizo daño?

Me sentí aliviado de que no dudaran en creerme, aunque a veces podia ser un poco rebelde con ellos y para que mentir, también los había engañado un par de veces, pero ante situaciones serias siempre se ponían de mi lado y confiaban en mi palabra.

Lazos de SangreWhere stories live. Discover now