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Lena condujo mientras un pequeño silencio se instauraba. Eso no era algo lógico, si la ojimarron que estaba a su lado no era una Kriptoniana como los otros dos que albergaban en este mundo... ¿Qué era ella?

-Estoy aquí -la ojiverde apretó la mano de su acompañante, quién asintió con una mueca insegura-

-Te contaré la historia de Kriptón -_____ suspiró lista para hablar después de tantos años en voz alta, sin que la juzgarán sus propios pensamientos, ahora podrían ser los de alguien más-

"Desde el inicio de los tiempos Kriptón fue un planeta regido por Reyes. Cuando este fue habitado, hubo guerras intermitentes por el poder que conllevaba, Kriptón era un planeta rico en minerales y las mentes brillantes que se desarrollaron por años querían algo más que nada: Poder.

Es así como hace más de 1.000.000 de años surgió el primer Rey, su nombre era Unhei Em, el fue el fundador de mi casa por el ser el guerrero que terminó la guerra de ese entonces.

Gracias a la paz que hubo, se cuenta que el mismísimo Rao, apareció por primera vez ante el, cuando Unhei buscaba establecer su poder en un trono y sus soldados más feroces.

Rao al ver que Unhei, logró la paz de su mundo en tan sólo 3 años, lo recompensó. Desde ahora en adelante cada Kriptoniano tendría poderes inimaginables, incluyendolo a él.

Unhei se inclinó ante Rao, reconociendolo como su único creador, prometiendole respeto y fé por siglos a través de los Kriptonianos. Rao, desapareció ante él, no sin antes advertirle, que si alguien abusaba de los poderes, él vendría a aniquilarlos a todos, sin excepción.

Unhei se sentía diferente, así que desde donde construía su trono pudo ver como muchos de las personas que le rodeaban hacían un pequeño disturbio, sin saber que pasaba con ellos.

Ante eso, Unhei quiso ir lo más rápido posible hacía ellos y ante eso logró su primer vuelo. Anonados todos lo miraron, y se inclinaron ante su Rey. Unhei les contó sobre Rao e inmediatamente se convirtió en la fé de todos los Kriptonianos.

Unhei logró muchas cosas, un mundo de paz y tranquilidad, bajo normas y mandatos, comida, ocio, entretenimiento y libertad. Poco a poco cada casa se fue formando, haciendo a las principales casas: La Militar, La Científica, La Diplomática, La de Verdad, La de Formación y La de Espiritualidad.

6 casas daban el balance perfecto para el sostén de Kriptón. Cada quién tenía una importancia. Los milatares aseguraban el resguardo y paz, los científicos aseguraban el presente y futuro con nueva tecnología, los diplomáticos y sinceros (verdad) se encargaban de la ética y moral de los ciudadanos al igual de que cumplieran derechos y deberes, los formadores se encargaban de enseñar y entrenar para habilidades o pasatiempos, y los espirituales creaban un margen entre lo divino y lo banal, escribiendo así también la historia del planeta.

Con el tiempo todos encajaron, al igual que dominaron poderes básicos: Súper fuerza y el vuelo. Hasta que algunos con el tiempo no estuvieron muy contentos con tantas leyes o con las decisiones de Unhei, incluyendo a su mano derecha Gzam El, un científico que había desarrollado una gran parte de la población Kriptoniana, sin embargo, nadie hubiese predicho lo que sucedería después...

Unhei se fue de su trono, para dedicarle un día a Rao, se fue como cada mes, dejando a cargo a Gzam, pero cuando volvió al siguiente día no esperó encontrar la principal ciudad destruida, mientras veía con horror una masacre de lo que alguna vez fueron dos urbanismos.

Unhei molesto, se dirigió hacía Gzam que contemplaba todo con una sonrisa en su trono, lo encaró y Gzam confesó abiertamente que era un pésimo Rey, que por su culpa había discordia entre la población por su forma de mandato y lo inútil que eran sus leyes.

La Otra Danvers (Lena Luthor y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora