Capitulo 1

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ANA

Fue una mera casualidad, conveniente y oportuna, sin embargo, pese a que ahora siento aquella situación como un absurdo cliché salido de alguna de esas novelas de romance juvenil que leía durante mi adolescencia…mi mundo, mi vida, sentimientos y emociones, se pusieron completamente de cabeza.

Fue como estar en un sueño, una completa irrealidad de la que nunca quisiese despertar.

Nací en el año 2280, específicamente en el distrito 14 de la gran ciudad de Tesla Galilea, mi padre fue Walter Hoffman, Capitán de la Sección 15 de la Compañía Militar Republicana.

Mi padre, ah…como olvidarle, él era un hombre bastante apasionado, completamente entregado a su familia y a su trabajo.

El era una buena persona y como su hija, lo único que puedo decir es que estoy muy orgullosa de haber sido parte de su vida.

Y es por eso que he decidido contar aquellos sucesos que me han causado tanta alegría y tristeza, desde que mi padre murió, mi madre se ha encerrado en una amarga melancolía que hace que me sea imposible verla sin que se me rompa el corazón.

Pensar en el amor que mis padres se tuvieron, me hace recordar aquellos romances ocurridos hace ya tantos años, incluso ahora, no puedo evitar sonreír envolviéndome en la más dulce de las ensoñaciones.

Todo comenzó en una modesta tarde de Octubre, recuerdo que en aquellos días yo estaba hecha un manojo de nervios, no sabía que ponerme para verme bien y no era para menos ya que tenía una cita con Laurent Wright, uno de los chicos más populares del Instituto.

Cabe destacar que antes de ese día yo no había salido con algún chico, esta era mi primera cita por lo que estaba empeñada en causar una buena impresión.

No sabía qué hacer y el tiempo se pasó volando antes de que me diese cuenta, mientras me daba un baño, un fuerte golpe se escuchó en la puerta seguido de una voz infantil demasiado familiar.

―¡Esta ocupado!―exclame completamente enojada mientras me enjabonaba el cabello.

―¡Pues será mejor que te apures! ¡Tu novio ya te está esperando! ―respondió mi hermano menor riendo.

―¡¿Qué?! ¡Espe….

De nada me sirvió replicar, Kurt ya se había ido dejándome a merced de la inamovible desesperación ¿Él ya estaba aquí? ¿Desde hace cuánto había llegado? Mi atormentada mente se sumió en un mar de inseguridades sin fin que no dude en apagar la regadera de la ducha.

Sali trastabillando del baño con un aspecto del más lamentable, mi cabello, húmedo y despeinado, mi ropa, puesta con la mayor rapidez posible, desarreglada, con unos anteojos redondos que para nada resaltaban mi humilde rostro lleno de pecas y un par de granos.

Mas grande fue mi desconcierto cuando vi a Laurent Wright con los brazos alzados hacia arriba debido a que mi padre le estaba apuntando con un arma.

—¡¿Qué estás haciendo?!—cuestione con severidad, profundamente indignada ante aquel agravio.

—Protegerte—respondió mi padre con simpleza mientras fulminaba a Laurent con la mirada, el cual estaba igual de desconcertado que yo—Vacíale los bolsillos.

—¡No le voy a vaciar los bolsillos! —proteste con rebeldía.

—Si no lo haces no te daré permiso—dijo mi padre de forma imperante sin dejar lugar a replicas.

—¡Pe…!

—Ya dije

—Ahhgg

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