Pocas personas notaban cuando el pulso de George se aceleraba ante la presencia de aquella joven de ojos aguamarina, como el corazón le latía con tanta fuerza que pensaba que en cualquier momento se le saldría del cuerpo, y como sin siquiera notarlo...
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-2019-
El estruendo de las personas abandonando el circuito se mezclaba con el sonido apresurado de los trabajadores que corrían de un lado a otro, desmontando equipos, recogiendo herramientas y guardando sus pertenencias. El rugido distante de los motores de los coches de carreras apenas era audible sobre el alboroto que llenaba el aire.
Estaba rodeado de la frenética actividad del paddock, pero mi mente estaba en otro lugar y ni siquiera eran pensamientos sobre que había terminado anteúltimo en la carrera.
Mis pensamientos se centraban en la chica que amaba, en cómo su presencia había transformado mis días.
Desde que ascendí a la Fórmula 1, la vida había sido una montaña rusa de emociones: la presión de competir en la máxima categoría, los altibajos en la pista, las expectativas del equipo y que los resultados no estaban siendo buenos.
Pero a pesar de todo eso, había encontrado un ancla en medio de la tormenta: Saya.
Nuestra relación había crecido y evolucionado a lo largo de los meses, a pesar de la distancia, cada día me hacía sentir más afortunado de tenerla a mi lado, afortunado de que sea mi novia.
Con ella, todo era más fácil, más brillante.
Su amor y apoyo incondicional me daban la fuerza y la confianza que necesitaba para enfrentar hasta los días más malos.
Estar con Saya me hacía sentir completo de una manera que nunca antes me había sentido.
Aunque una pequeña sombra de preocupación se filtraba en mi mente por momentos. Estaba profundamente enamorado de Saya, eso era evidente, pero no podía evitar sentir un ligero temor ante la idea de lo que su padre, mi jefe, pensaría cuando se enterara de nuestra relación.
La idea de enfrentarme a la desaprobación de él me llenaba de ansiedad.
Sabía que nuestra relación podría complicar las cosas en el equipo, y no quería causar problemas ni poner en peligro mi posición como piloto titular de Williams. Pero al mismo tiempo, no podía negar mis sentimientos por Saya ni ocultar la conexión profunda que compartíamos.
Si, en algún momento tendría que enfrentar toda esa batalla, pero en este momento estaba seguro de una cosa: Saya era el amor de mi vida y lucharía siempre por eso.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la suave sensación de unos brazos rodeando mi cintura y acurrucándose contra mí. Me sorprendí al principio, pero luego una sonrisa se expandió por mi rostro al reconocer el aroma familiar.
Cerré los ojos por un momento, dejando que ese olor tan característico me transportará a un lugar de paz y calma.
El aroma del café de especialidad se mezclaba con el dulce aroma de los rolls de canela, era como si un torrente de recuerdos cálidos y acogedores inundara mi mente, trayéndome de vuelta a los momentos compartidos en las mañanas tranquilas y los días soleados en mi departamento.
