No tan difícil

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Dos malditas semanas, la misión que no debería tardar más de cinco días junto con el viaje se había extendido por dos semanas, catorce días que habían agotado sus provisiones y fuerzas casi por completo.

Shen Jiu maldijo por lo bajo, su respiración irregular, demostrando el cansancio que lo estaba consumiendo desde horas atrás.

Las túnicas que siempre permanecían impecables actualmente se encontraban manchadas de tierra, veneno y sangre, el cabello estaba pegado a la piel del rostro ahora mortalmente pálido y el cultivador juraría que casi podía escuchar los latidos de su corazón resonando en sus oídos.

Shen Jiu noto como la sangre empezaba a enturbiarle la vista, el demonio frente a él, a pesar de que sabía que debería verse de color celeste, parecía casi negro por el cansancio que le agobiaba, una sombra borrosa que le atormentaba, casi tanto como el dolor de cabeza que empezó algunas horas atrás; las manos temblorosas intentaban sostener su espada, pero su cuerpo empezaba a flaquear gracias a la falta de energía física y espiritual.

La investigación fue errónea, no había una serpiente succionadora de almas, había dos, y tras la muerte de su compañera, la más joven se había vuelto completamente frenética, atacando como si no hubiera un mañana... y posiblemente para uno de los dos de hecho no lo habría.

El cultivador que nunca se caracterizó por su fuerza al pelear, tanto como por sus estrategias, se encontró luchando por su vida en lo que considero una batalla difícil, sin un plan definido y con la energía casi agotada.

Llevaban ya varias horas en este juego del gato y ratón, la serpiente lo había perseguido sin tregua, sin regalarle un segundo para tomar aire: ataque tras ataque, sin importar como Shen Jiu intentara escapar o contratacar, la serpiente era sencillamente implacable.

Al final, las piernas de líder los eruditos fallaron en sostenerlo, sus ojos enturbiados vieron los colmillos acercaste a su rostro, y recuerdos de su vida bailaron frente a sus ojos, una sonrisa amarga en los labios. Su historia tendría un final casi tan miserable como su inicio... al menos el ratoncito no estaría solo

El dolor del roce de las agujas amarillentas apenas se registró en su cerebro cuando un fuerte estallido de energía demoníaca se acento a su alrededor, el ambiente enfriándose varios grados antes de que su conciencia se desvaneciera, viendo una espalda ancha como último recuerdo antes de perder sus sentidos.



Shen Jiu despertó horas después, sus recuerdos aun borrosos mientras su mente intentaba adaptarse, pero al intentar abrir los ojos se dio cuenta que le resultaba imposible, sus manos se alzaron para tocar su rostro con pánico, siendo detenidas de inmediato por unas más grandes y frías.

—Cálmate, Shang Qinghua ya está buscando medicina, no lo hagas más difícil.

La voz calmada y carente de emociones de Mobei Jun logro filtrar un poco de calma al corazón del erudito, que dejo de forcejear, la voz rasposa saliendo de los labios agrietados.

— ¿El ratoncito?— preguntó, la mente aun confundida, su filtro apagado temporalmente.

El gruñido parecido a una risa le hizo saber a Shen Jiu que el demonio se encontraba de buen humor, pero, aunque eso fue lo que pensó, la venda que le cubría le impidió ver la preocupación que se reflejaba en los ojos azules de quien intento recordar los consejos y dar consuelo al humano herido.

—Sí, es más inteligente de lo que se da crédito, tras contarle lo que vi, supo de inmediato que medicina necesitabas.

— ¿El bulbo de tulipanes de fuego?— pregunto Shen Jiu, el mareo haciéndolo recostarse de nuevo.

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⏰ Last updated: Apr 15 ⏰

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Be my queen / IceJiuPlaneWhere stories live. Discover now