Corazones Destrozados. Parte I

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«Tres días después...»

La creación del estanque de agua fue lo mejor que les pudo suceder. Finalmente, la tierra seca pudo ser regada, la ropa pudo ser lavada con mayor profundidad y el baño diario se había vuelto una rutina; hasta los cuervos podían darse un baño. Missa, al no necesitar salir a conseguir comida, se había adaptado a vivir todo el día en casa, algo que de vez en cuando lo ponía nervioso; estaba demasiado acostumbrado a trabajar día y noche sin descansos. Para relajar a un ansioso Missa, Phil le propuso empezar a fabricar muebles y objetos, utilizando, por supuesto, sus increíbles habilidades de carpintería y su creatividad con el tallado de madera. Esta idea encantó a Missa, y en poco tiempo ya estaba trabajando en crear sillas, platos, vasos, cubiertos y derivados; incluso hizo algunas casitas para pájaros para los cuervos. La madera, que si bien no podía ser sacada de ningún bosque o árbol cercano, era tomada de las aldeas y estructuras abandonadas que tenían cerca. Había que aprovechar todo lo que fuese útil. Phil ya se sentía muchísimo mejor, así que para él no era ningún problema ir a obtener recursos, cargar objetos pesados y transportar grandes cantidades de materiales de un sitio a otro; él era demasiado fuerte, aunque su rostro pacífico mostrara lo contrario. Lamentablemente sus alas aún no estaban del todo sanas como para volar y hacer las cosas más rápido. Por parte de los cuervos, ellos habían seguido con su recolección de objetos y comida, llevando incluso telas y algodón para que Philza pudiera crear almohadas y mantas más cálidas; la cama ya no era tan dura como un ladrillo. Todos estaban trabajando muy duro para hacer de ese lugar un hogar decente.

Missa estaba feliz de ser útil a Philza y a sus nuevos amigos; la sola idea de hacer algo para que ellos estuvieran felices lo emocionaba y en más de una ocasión intentó hacer todas las tareas posibles para mantener encantado a Phil y tener la aprobación de los cuervos. Si bien esto sonaba como algo adorable, era ciertamente preocupante su necesidad de ser útil, a veces siendo demasiado insistente en hacer las cosas. Missa temía que Phil ya no lo considerara útil y lo abandonara; él aún no confiaba en esa vida que tenía actualmente. Phil había escuchado a Missa hablando solo, quejándose consigo mismo por no hacer las cosas de mejor manera, por no tener las habilidades que tenía Phil para poder ayudarlo y por ser demasiado débil como para siquiera ayudar a su compañero con la construcción de su hogar. La idea de los muebles lo hizo feliz, pero para Missa no era suficiente. Nada le era suficiente.

¡Ahhff!~ ¡Acabe! – La voz de Phil era la de alguien agotado. –

¡Wooow Dadza! Esta horrible...

– No está mal, a mi me gusta.

– No es simétrico. ¡Simétrico!

– Le falta color, es muy apagada. ¡Necesitamos pintura!

Los cuervos chillaban y cacareaban alrededor de Phil, parados encima de una cerca de madera recién creada. Philza había estado trabajando toda esa mañana en la construcción de una valla de madera que rodease toda la casa y cerrase en un lindo portón.

Ustedes no saben valorar mi trabajo, pequeñas ratas con alas. – Phil les saco la lengua a sus cuervos. –  ¿Dónde está Missa?

En casa. – Levanto una de sus alas uno de los cuervos, como si estuviese levantado la mano para pedir la palabra. –

Phil decidió ir en búsqueda de Missa para preguntarle su opinión sobre la nueva valla. Entrando a la casa se encontró con un sitio solitario; Missa no estaba por ningún lado. Missa siempre estaba sentado en las sillas o en la cama de la habitación que recientemente habían ocupado y decorado con pequeños muebles. La casa no era tan grande y las habitaciones restantes seguían vacías como para entrar en ellas. ¿Dónde se había metido entonces? Revisando la sala se encontró con una nota bajo un  tazón de madera. La letra era de Missa. “Iré a conseguir cosas para la casa. Volveré en la noche.” Su desaparición tan repentina preocupo a Phil, qué su compañero se haya ido sin avisar no era normal. Missa le contaba todo, y siempre que quería algo se lo pedía aunque dudase o tuviera vergüenza. ¿Qué había sucedido en esa ocasión? Dudando de la situación Phil empezó a buscar por la casa alguna pista, encontrandose con que la cocina estaba un poco desordenada. Recientemente Phil había creado alacenas y cajones para guardar la comida, además de un horno de piedra para crear pan. Debido a que él se encargaba de amueblar y colocar las cosas en su sitio, sabía muy bien donde dejaba los objetos e incluso recordaba a la perfección el orden que tenía a la hora de acomodar la comida; Philza es un cuervo demasiado inteligente y con una muy buena memoria. A primera vista no parecía haber nada extraño, pero si se revisaba bien se podía notar que faltaba comida. Missa había ordenado las cosas de tal manera que todo parecía estar bien, pero a los ojos de Phil se notaba demasiado que su compañero había tomado una buena cantidad. Phil no tenía motivos para dudar de las acciones de Missa; comprendía que él tenía sus asuntos como para involucrarse. Aun así, no podía evitar sentirse preocupado. Missa se fue sin ser visto por nadie, ni siquiera los cuervos que estaban en la casa descansando sintieron su presencia desaparecer; era algo extraño. Pese a la duda y confusión, Phil decidió dejar en paz a su compañero, siguiendo con sus tareas y actividades con la esperanza de que volviera antes de que fuera demasiado tarde. ¿Qué debería prepararle para cenar?

Dulce Deseo | QSMP | | AU | | DeathDuo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora