O69: La sangre tira

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ㅡ¿Tus abuelos maternos también vinieron? ㅡquiso saber, tratando de leer el folleto que alguien le había dado unas calles atrás.

ㅡViven aquí, son los papás de mi padre quienes viven en Corea ㅡexplicóㅡ ¿De qué es eso? No le has despegado la vista desde que te lo dieron.

ㅡEs de un restaurante, de no hablar para nada este idioma creo que incluso lo he olvidado. Dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida, bueno, eso no aplica en mí ㅡlo dobló y lo guardó en el bolso que colgaba por su hombroㅡ Volviendo al tema, ¿y tu madre no quiso venir?

ㅡElla no tiene muy buena relación con ellos, en especial con mi abuelo. Después de lo del matrimonio forzado ella se negó a formalizar sus lazos de nuevo, estudió y vivió del dinero de mi padre, con el tiempo fueron volviéndose a hablar pero no se llevan bien.

ㅡUhm... Perdón por preguntar.

ㅡEs bueno que lo sepas. Si se lo hubieses preguntado a ella hubiera explotado ㅡexhaló una risa, revisando cada una de las casas por las callesㅡ Ah, es aquí.

Señaló una de las construcciones, que a los ojos de JanDi eran enormes; JooEun tocó el timbre en las rejas que la delimitaban de la banqueta y esperaron unos segundos, hasta que una mujer de unos cincuenta años abrió la puerta principal, vestía lo que parecía un uniforme de sirvienta y tenía el cabello recogido.

ㅡ¿Quiénes son? ㅡpreguntó, acercándose lentamente.

ㅡ¿Ya no me recuerdas, unnie? ㅡcuestionó con una sonrisa, cruzándose de brazos.

Guardó silencio mientras las examinaba, para al final abrir los ojos en grande y soltó una risita suave, encaminándose más de prisa hasta abrir la reja.

ㅡ¡Señorita Yuzu, cuánto tiempo! Jesús, tendrá que disculparme. Una anciana como yo ya no puede recordar nada, ni las caras ㅡse alegró, dejándolas pasarㅡ Ha crecido tanto, veo que incluso trajo a una amiga.

ㅡLee JanDi ㅡse presentó, haciendo una ligera reverencia.

ㅡ¡No, no! No haga eso, señorita Lee, debería ser yo quien se incline ante usted ㅡrió amablemente.

ㅡNos conocimos en Corea, cuando entré a tercero de secundaria. La traje porqué mi mamá me dio permiso de traer amigos ㅡexplicó, tomando a la mayor de la mano para guiarla por el jardín frontal hasta la entrada de la casa, siendo seguidas por la otra féminaㅡ ¿Están mis abuelos?

ㅡOh sí, están en la terraza tomando el almuerzo, ¿ustedes ya comieron? 

ㅡPensábamos comer aquí, pero no quiero hacerte trabajar más, aunque no sé si... Jan, ¿tú tienes hambre?

ㅡEstoy bien, gracias.

ㅡ¡Nada de eso! Ambas son de la familia, no me puedo quedar así. Vayan a saludar, yo preparé algo delicioso ㅡsonrió, dirigiéndose a la cocinaㅡ ¡Siéntanse como en su casa!

La menor suspiró, manteniendo su expresión, y se giró a la coreana.

Im NamHyeon, trabaja con mi familia desde que Jeong y yo estábamos en el vientre ㅡexplicó, dirigiéndola a las escalerasㅡ Fue como mi segunda madre cuando la mía se iba a trabajar o estudiar.

ㅡEs muy amable, me sorprende que te trate como eso, como una hija. No puedo estar muy segura, pero en tu linaje hay gente bastante buena, puede que no tengan el mismo apellido pero... Empezando por ti, a pesar de todo, sigues manteniéndote pura y serena ㅡcomentó, ganándose silencio por respuestaㅡ Lo creas o no.

Fueron subiendo hasta llegar a donde la mucama señaló anteriormente, el aire era fresco y el Sol daba de forma tenue. En una mesa pequeña yacía una mujer de casi la misma edad que Im, tomando lo que parecía té, y un hombre viendo al horizonte.

CLÍO ONE: ILLUSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora