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NARRADOR OMNISCIENTE
FLASHBACK
— Por Favor, si te duele algo me decís Luciana—. dijo Paulo con calma, tratando de transmitirla hacia la menor.
— Es que…tengo miedo no sé—. Luciana estaba aterrada. Si bien, confiaba plenamente en Paulo, el miedo no se le iba con nada.
— ¿Confías en mí?— la menor asintió despacio—, ¿Querés hacerlo?— asintió nuevamente—, bueno, entonces déjate llevar, no va a doler, Lu.
Luciana agachó su cabeza tratando de asimilar lo que estaba por hacer, pero al final terminó accediendo. Paulo se acercó a ella agarrando su mentón haciendo que se miren. Él le dedicó una sonrisa.
El sonido del envoltorio resonó en la habitación, generando más miedo en la menor.
— Respira hondo, Ok?— Ella asintió y respiró hondo. Pocos segundos después sintió un dolor bastante fuerte, pero que luego fue disminuyendo.— Listo, te quedó hermoso— Paulo miró la nariz de la menor con el piercing recién hecho.
— Me quedó muy facha de verdad.— se miró por un largo tiempo al espejo.
— ¿Viste que no había por qué tener miedo?
— Tenías razón, perdón.— Paulo sonrió y abrazó a su mejor amiga.
FIN DEL FLASHBACK
Luciana estaba tirada en su cama con el celular, sin ganas de levantarse, ni que nadie la jodiera, estaba en paz. Lamentablemente para ella esa paz se había terminado más rápido de lo que hubiera preferido. Los toques en la puerta resonaron por la habitación. La menor de los Paredes bufó y se levantó a abrir la puerta. Y con toda la paja del mundo giró el picaporte para ver a Enzo con una expresión totalmente relajada, pero que daba miedo siendo de él.
— ¿Qué querés?— el morocho levantó las cejas y sonrió a boca cerrada.
— Upa, que humor. No te cogió bien Paulo?— vaciló Enzo, causando la mala cara de Luciana.
— No me lo cogí, deja de hablar pavadas Enzo— ella estaba por cerrar la puerta pero el pie de Enzo se interpuso—, ¿Podes sacar tu pie? Quiero volver a dormir.
— No. Quiero que hablemos.
— Mira con las fachas con las que estoy Enzo, deja de joder.
— Déjame pasar Luciana, es importante—. La cara de Enzo pudo convencer a Lu, está le abrió la puerta dejándolo pasar.
— ¿Qué es tan importante como para arruinarme mí paz?— Luciana se sentó en la cama junto a Enzo.
— Quiero pedirte perdón— Luciana al escuchar esto alzó su cejas y abrió más de lo normal sus ojos. Otra vez, Enzo pidiéndole perdón después de lo del otro día. Raro—, se que suena raro, pero soy un pelotudo por ponerme celoso, perdón, enserio.
