CAPÍTULO 19: rubio

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Hyeji

La vista es preciosa; el sol está por ocultarse así que el cielo refleja tonos azules y rosados en todo su esplendor; los niños afuera juegan con bicicletas pues frente al local está un jardín público en donde todos pueden venir para disfrutar de una linda tarde familiar, curiosamente se me hace familiar pero por el momento prefiero no indagar.


Otro día será.


—Si me lo hubieras pedido yo como quiera hubiera accedido a venir contigo.– dije mientras veía a Yeonjun comer un pan relleno de chocolate. El pelinegro sonrió al escuchar mi comentario y le dio un trago a su bebida, café helado.



—Me gusta mantener el misterio.—subió y bajo las cejas varias veces. Inevitablemente sonreí. –¿Me pasas una servilleta? —pidió pues el servilletero estaba más cerca de mi que de él.



Asentí y sonreí ante su petición.



–Toma.


–Gracias.



Comenzó a limpiarse la boca pero no lograba limpiar el área sucia con chocolate; intenté decirle en dónde estaba exactamente pero nunca comprendió así que tomé la servilleta de sus manos y lo hice por él delicadamente para no ensuciarlo de más.


Sus labios.



De pronto sentí como esto ya lo hubiera vivido antes.



Un deja vu.



¿O acaso de verdad lo viví?





—¿Todo bien? — preguntó Yeonjun con una sonrisa divertida al ver que no apartaba la mirada de sus labios.


—S-si, si. —parpadeé un par de veces y me acomodé en mi silla.



Yeonjun dejó de sonreír y se puso serio, preocupado. Tomó mi mano entre la suya pues aún temblaba con la servilleta en mano e hizo con el acto que volteara a verlo a los ojos.




—Hyeji, ¿segura que estás bien?—preguntó.




Me sentía ajena al presente; mi cabeza mezclaba sucesos del pasado con lo que ocurría en la cafetería. Sin duda alguna ya había estado aquí con él, es decir, lo puedo comprender, es solo que...



—¿Yeonjun?



—¿Si, Hyeji?




—Tu cabello también era rubio, ¿verdad?


El pelinegro parpadeó un par de veces sorprendido y tragó el bocado de pan que aún tenía en la boca antes de hablar.



—Hyeji, ¿recordaste algo?— preguntó.



Se veía consternado. ¿Debería estarlo?



Es decir, lo vi en las polaroid y en las  fotografías de su penthouse, sin embargo mi cabeza no había asimilado la similitud entre el cabello de Yeonjun y el cabello de la persona que alguna vez me lastimó.



No... no quiero ni decir en voz alta lo que estoy pensando. Es solo que mi cabeza parece estar a un paso de recordar todo pero hay algo que me lo impide... ¿seré yo misma?


Si Yeonjun es esa misma persona del pasado... ¿qué sucederá después?



No, que tonterías digo.



—Yo... creo que recordé haber estado aquí contigo.


El rostro de Yeonjun pareció haberse iluminado; dejó salir una risita tierna y divertida y después nos dispusimos a seguir con los alimentos. Platicamos de cosas triviales, de todo un poco. Cosas graciosas que al parecer me habían ocurrido pero que era ajena a ellas. Yeonjun parecía recordarlas con tanta dulzura que no quise romper su burbuja al decirle que algunas de esas cosas comenzaba a recordarlas.



El cielo comenzó a oscurecerse un poco más así que Yeonjun sugirió que tal vez es hora de seguir con el recorrido a lo cual acepté.



—El cielo es precioso, ¿no crees? —dijo al salir.— Dicen por ahí que es la hora azul.


Al instante recordé que en aquella ocasión Yeonjun había hecho el mismo comentario. Incluso recordé lo que hizo después, sin embargo, lo dejé hablar pues es muy probable que esté recreando las mismas situaciones para ver si así recuerdo un poco más de mi vida antes de partir de Seúl.




Lo tierno aquí, aparte de su rostro emocionado al hablar, es que aún recuerda con exactitud lo que sucedió hace muchos años.




¿Así de tanto le importo?




—Ah, ¿si? ¿Quién lo dice?—pregunto divertida pues la respuesta ya la conozco. Estoy segura que es la misma de años atrás.


—Rumores.. la gente.. — sonrió divertido - Ya sabes.


—Lo acabas de inventar, ¿cierto?—intenté molestarlo.



—¡¿Yo?! ¡¡Por supuesto que no!!



Reí. Es, sin duda alguna, exactamente lo mismo.




—Si claro — rodé los ojos y esto hizo que él sonriera.





Una idea loca atraviesa mi mente y agradezco enormemente a Beomgyu por decirme que Yeonjun está soltero.




Deberé pagarle algo la próxima vez que lo vea.



Agarro el valor que tenía escondido en quien sabe dónde y tomo suavemente el rostro de Yeonjun entre las manos para besarlo. Al principio pareció sorprendido, pero ya después, con sus suaves manos, tomó mi rostro entre las suyas y profundizó el beso. Sentí mariposas en el estómago y por un momento creí estar flotando en las nubes. Un beso tierno, lleno de amor... ¿él también lo había estado esperando tanto como yo?



—¿Hyeji?— pronuncia apenas puede apartar sus labios de los míos.



—¿Si?



—Ahora que probé tus labios de nuevo no creo que sea capaz de dejarte ir tan fácilmente.



Sonreí.



—No quiero que lo hagas, Yeonjun...




Y al decirlo, me besó de nuevo.

Y al decirlo, me besó de nuevo

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Wash away | YeonjunWhere stories live. Discover now