177. Amancio contra los reptilianos

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Amancio tenía una importante misión relacionada con la empresa Hocus Porcus, aunque él no sabía a qué se dedicaba dicha empresa. De todas maneras, eso importaba bastante poco, ya que su misión no tenía nada que ver con los objetivos de aquella tan gran empresa. O eso pensaba él, feliz en su ignorancia de conspiraciones. 

Amancio se quedaba cerca de la puerta, observando a las personas que entraban o salían del edificio, buscando a los reptilianos escondidos entre los humanos. Ellos son unos seres malvados que se infiltran entre los humanos para conquistar el mundo. Por lo que sabía, estaban planeando realizar un temible Ritual que consistía en reunir 900 almas humanas y crear un poderoso objeto mágico con el cual conquistar el mundo. 

Lo que tenéis que saber es que Amancio tenía un don: él podía mirar a una persona y descubrir los colores de su alma. Rojas, naranjas, amarillas, verdes, azules, moradas, púrpuras, marrones, blancas... Lo que él buscaba eran las negras, puesto que ese era el color de los reptilianos. En cuanto descubriera al primero, no dudaría en revelar su verdadera naturaleza al mundo. 

Amancio consiguió el poder hacía una semana, cuando se cayó al río que atravesaba el puente bajo el cual vivía. Se hundió en las frías aguas con pesadez y la vida se le escapaba a través de burbujas por la boca.

Cuando estaba a punto de morirse, una luz blanca envolvió a Amancio: era cálida, como el regazo de una madre a la que apenas conoció. Entonces, Una voz dulce llenó de palabras su cabeza:

—Tu vida la he salvado yo y ahora te doy la misión de destruir el mal que se agita en el interior de la empresa Hocus Porcus. ¡Ayúdanos, Amancio, eres nuestra última esperanza! Si tú no actúas con honor y valentía, el mundo acabará bajo las manos de los...

No logró comprender la última palabra, porque se despertó empapado debajo del puente. En una pared, Amancio vio el dibujo de un lagarto y comprendió que era una señal de la voz maravillosa. Reptilianos, eran ellos los que querían conquistar el planeta a través de su deleznable Ritual. ¿Y cómo sabía que ellos pretendían hacer un Ritual? Pues realizando sus propias investigaciones a través de internet y en 4chan. 

Así pues, Amancio decidió acometer la misión de descubrir a los reptilianos que entraban en el edificio de la empresa Hocus Porcus. Día tras día, noche tras noche, sin descanso alguno, Amancio observaba a la gente entrar y salir.

Las dudas no encontraban hogar en la cabeza de Amancio, en cuanto descubriera el primer reptiliano se lanzaría en su dirección y utilizaría la navaja que escondía en su bolsillo para arrancarle la careta de humano y desvelar al mundo la terrible verdad.

Entonces, el día llegó dos meses después. Un hombre salió el edificio con un alma tan negra que solo podía pertenecer a la de un reptiliano. Amancio se abalanzó sobre él para quitarle la burda careta de humano y revelar sus facciones de lagarto.

Lo malo es que cruzó la calle sin mirar a los lados y un coche embistió Amancio con la fuerza suficiente como para mandarlo al hospital durante unos largos y dolorosos meses, en los cuales estuvo a punto de morir no una ni dos, sino varias veces. 

No obstante, Amancio sobrevivió y entonces se dio cuenta de que la locura había inflamado su corazón. Los reptilianos no existían, solo eran producto de su imaginación descontrolada y de las horas que se pasaba en reddit leyendo teorías conspiratorias.

El doctor entró en su habitación para decirle que ya se podía ir, entonces Amancio notó algo extraño en él y le agarró la cara con la mano, después tiró con fuerza ¡y descubrió que la cara de persona no era la suya de verdad! ¡Era una máscara de piel! ¡Él tenía razón! ¡Siempre la tuvo!

El desdichado se esperaba encontrar la cara de un lagarto, ¡pero era la de un cerdo! ¡Un cerdo rosado, con hocico y orejas caídas! El doctor marrano lo miró y su boca se abrió en un grito que Amancio recordaría durante lo que quedaba de vida...

Las 900 vidasWhere stories live. Discover now