﹝TE LLEVO﹞

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Los presentes se quedaron pensando en lo que había dicho Kuroko. El niño tenía seis años; sin embargo, Kuroko se había mudado hace cinco. Todos parecían entenderlo y a la vez no.

—Tetsu... —lo llamo Momoi —. ¿Tuviste un niño a los dieciséis años?

—Sí... —dijo apartando la mirada de todos para ver al niño que se removía nervioso —. ¿Quieres bajarte? —le pregunto dulcemente, recibiendo un enérgico asentimiento como respuesta.

Kuroko bajo al niño poniéndolo a su lado.

—Hola —dijo colocándose frente a todos captando la atención —. Soy Kuroko Nikko, tengo seis años —con los dedos mostro el número —. Mucho gusto en conocerlos —hizo una reverencia.

Los rostros de todos se sonrojaron. Momoi se tuvo que sujetar del primero que vio y ese fue Takao, ya que su corazón tuvo un ataque repentino de dulzura extrema, al igual que Kise, pero él no aguanto y corrió a abrazar al pequeño.

—Aww... Nikkocchin, eres tan adorable y tierno —comento antes de recibir un zape por parte de Kuroko.

—Kise-kun, contrólate por favor.

—Lo siento, Kurokocchi.

—Papi —le jalo el pantalón —. ¿Quiénes son ellos?

—Son mis amigos —se arrodillo a su altura y le acomodo la ropa antes de volverse a levantar —. Él que te abrazo se llama Kise Ryota; él que tiene la mano vendada es Midorima Shintarou; a su lado Takao Kazunari; él que sostiene la pelota de básquet es Aomine Daiki; Momoi Satsuki la de cabellos rosas; atrás de ella Kagami Taiga; él que come los dulces, Murasakibara Atsushi; a su lado Himuro Tatsuya y él de cabello...

—Akashi Siejuro —dijo rápidamente.

Todos soltaron una leve risa, hasta Akashi, por la mala pronunciación de su nombre.

—Seijuro —le repitió al niño.

—Seijoru —intento.

—No, Sei... —espero a que el niño repitiera.

—Sei...

—Juro.

—Juro —repitió feliz.

—Muy bien —Kuroko le revolvió sus cabellos.

Momoi y Kise, quienes tenían un termómetro de niveles de ternurabilidad, se encontraban en su límite; no aguantaban ver como los dos Kurokos se encontraban allí, haciendo cosas tiernas sin importarle las consecuencias. El niño soltó una risa y luego comenzó a brincar alzando la mano. Todos lo miraron.

—¿Sí, Nikko? —se le adelanto Akashi a Kuroko.

—Ya sé quiénes son —los señalo a todos —. Son los amigos con los que papi jugaba básquet en la prepa —volteo a ver a su padre —. ¿Verdad, papi?

—Oh, veo que los recordaste —le sonrió.

Nikko asintió vigoroso.

—También recuerdo que abaasan comento que te gu...

—Por cierto, Nikko, ¿por qué te alejaste? —pregunto rápidamente Kuroko sin mostrar signo de alteración, aunque en su interior casi se le salía el alma.

Ninguno noto el cambio drástico de conversación; ellos estaban más absortos pensando en lo adorable que era Nikko.

—Es que —agacho la cabeza y movió su pie en círculos —. Mi dibujo se voló... intente alcánzalo... pero se atoro en aquel árbol —susurro señalándolo.

El pequeño Kuroko #PremiosKnB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora