﹝PLATO ROTO﹞

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—Entra —abrió la puerta Kuroko mientras se dirigía a la cocina a dejar los víveres.

—Con permiso —dijo Akashi dejando sus zapatos con cuidado de no mover mucho a Nikko —. Tetsuya, ¿dónde dejo a Nikko?

—Si quier...

—¿Está al final del pasillo? —comenzó a caminar.

Suspiro.

—La puerta color roja —prosiguió a seguir guardando los comestibles en donde iban.

Akashi caminaba por el pequeño pasillo hasta toparse con la puerta roja, que se encontraba a su izquierda. Con su mano libre tomó la perrilla, abrió la puerta y luego prendió la luz. Se quedó impresionado por el gran cuarto que tenía el niño. Su cama era una litera pero la parte de abajo estaba ocupado por un colchón y un pequeño librero, además, de algunos juguetes tirados, tenía unas escaleras en la parte derecha para ir a la parte de arriba y una resbaladilla en la parte izquierda; tres canastas de diferentes niveles adornaban la otra pared, debajo de estas se encontraba un bote lleno de pelotas de básquet; el piso disimulaba el piso de una cancha de básquet y el techo mostraba un cielo nocturno. Subió las pequeñas escaleras y con cuidado coloco al niño en su cama.

Salió del cuarto y dirigió a la cocina, pero durante su recorrido no pudo evitar quedar aún más fascinado por el departamento. No había muchos muebles; solo estaba el comedor para cuatro personas, dos sillones en las cuales cabían dos personas, una mesita de centro, enfrente de ellos una televisión de plasma y un mueble de madera circular que tenía muchos marcos de fotos; todo lo restante eran juguetes para el niño, resbaladillas, pelotas, un carro, peluches, un pequeño brincolin y un triciclo.

—Akashi-kun, ¿quiere algo de bebé? —se asomó atreves de la barra.

—Claro, Tetsuya —se acercó a la barra y espero.

—Toma —le entrego el vaso —. ¿Quieres algo más?

—No, gracias, así estoy bien —tomó el vaso y comenzó a beber.

—Por cierto, gracias por acompañarme —se sentó enfrente a él con una sopa instantánea.

—No hay de que —dejo el vaso —. Tetsuya, ¿vas a comer solo eso? —recargo su cabeza en su mano.

—Es lo único que puedo comer antes de irme a trabajar —con los palillos agarro un poco de aquellos fideos.

—¿Trabajas en turno de noche?

Asintió.

—¿De qué trabajas?

—Mmm... —se limpió la boca —. En un restaurante.

—¿Cómo se llama?

Reddo Hanabira.

—Ese nombre me suena... —coloco una mano en su mentón.

Kuroko rio levemente, intentando no ser escuchado, sin embargo, Akashi se dio cuenta.

—¿De qué te ríes?

—Es gracioso que no recuerdes el nombre del restaurante del cual eres el financiador —siguió comiendo.

—¿Cómo sabes eso? —se cruzó de brazos.

—Fue lo primero que me dijeron al llegar allí, además, lo repiten unas diez veces al día.

—Entonces iré a ver qué tal va, como financiador de aquel restaurante, tengo que ver que todo vaya excelente —lo miro fijamente a los ojos.

—No hagas eso por favor —término de comer los últimos fideos antes de llevarlos al lavabo.

—¿Por qué no?

El pequeño Kuroko #PremiosKnB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora