Las Cronicas de Narnia. El fin de los tiempos (#JustWriteIt)(#Fanfic)

Capitulo 19. Que Aslan nos ampare

El sol se filtró a través de las cortinas amarillas de la habitación de la reina chocando de lleno contra el rostro de la misma haciéndola removerse cansada intentando huir de aquella incomoda luz, sin embargo algo dentro de ella la obligo a abrir los ojos perezosamente y con una sonrisa en los labios recordó en donde se encontraba.

Se encontraba en su habitación en el castillo de Cair Paravel, acostada sobre su colchón de plumas tan suave como una nube, cubierta por sus cobijas de seda que impedían el frío y mirando hacia arriba podía verse a sí misma en el enorme espejo que tenía el techo de la cama de doseles.

-Por fin en casa- suspiro y se levantó con lentitud haciendo en medio del movimiento un chequeo mental de su cuerpo, moviéndolo con cuidado para asegurarse de que no había más dolor y con una sonrisa se dio cuenta de que ya no había nada en su cuerpo que la obligara a moverse con lentitud. Todo estaba en perfectas condiciones.

Se levantó y fue hasta la pared que había junto a la puerta y jalo el pequeño cordón rojo que hacía sonar una pequeña campana que era únicamente para llamar a sus sirvientes.

Comúnmente no solía hacerlo, prefería hacer ella misma sus cosas sin embargo aún podía sentir algo de cansancio que hacía que se moviera más lentamente así que encontró bastante más fácil y rápido hacer eso mientras revisaba dentro de su closet y veía todos los hermosos vestidos ahí colgados. Aunque no era una reina muy vanidosa y mucho menos una de las mejores vestidas el simple hecho de pensar en volver a vestir con esos bonitos vestidos la hizo sentir muy contenta.

Mientras sacaba de entre todos esos vestidos uno azul que nunca antes había usado por el simple hecho de pensar que algo tan hermoso no podía haber estado hecho para ella escucho la puerta de su habitación abrirse estrepitosamente y al girarse pudo ver a Aravis y a Cor con enormes sonrisas entrando a la habitación.

-¡Lucy!- chillo Aravis con lágrimas en sus bonitos ojos negros mientras iba hacia la joven reina y la rodeaba con sus brazos de manera cariñosa.

-Hola Aravis- la saludo Lucy mientras le devolvía el abrazo dulcemente. Era bueno ver otras caras conocidas ahora que estaban de regreso.

-Me alegro muchísimo de que estés de vuelta Lucy- dijo Cor mientras se unía al abrazo.

-¿Saben que tal esta Corin?- les pregunto cuando la hubieron dejado de abrazar y la parejita solo soltó una risita mientras se tomaban la mano.

-Muy bien, Lucy. No te preocupes por el- le respondió Aravis con una sonrisita cómplice haciendo que las mejillas de la joven reina se tiñeran de un rojo intenso -Por lo que deberías de preocuparte es por tu apariencia- entonces Lucy sin poder evitarlo se giró hacia el enorme espejo que había colgado junto al closet y soltó una fuerte risotada que se escuchó en todas partes. Efectivamente se veía terriblemente mal.

-Pero quisiera comer- dijo Lucy con una sonrisa dulce en el rostro que hizo suspirar a Cor que como respuesta recibió un codazo en las costillas de parte de su esposa de piel morena.

-El desayuno va a estar esperándote en el comedor- la calmo Aravis que entonces se dio la vuelta y salió de la habitación de la reina seguida de Cor que solo se detuvo antes de salir para girarse hacia la reina y con una sonrisa triste y muy extraña decirle.

-Me alegro enserio de que estés de vuelta.

Mientras Lucy se bañaba en su enorme tina con aroma a rosas volvió a sentir en una parte dentro de ella el miedo que había sentido el día anterior, sabía que algo estaba pasando en su reino y no lograba comprender por qué nadie se lo había dicho aun. Debía ser algo realmente malo.

Se terminó de duchar y se enfundo en el hermoso vestido azul que había elegido antes, se miró en el espejo y se encontró con que, aunque el vestido era más bonito que ella misma, se veía maravillosa, se sostuvo el cabello en un moño sobre la cabeza y poniéndose su corona de plata salió de su habitación directa hacia el comedor mientras sentía su estómago gruñir por comida.