1🥀 | 1 y 2 de Septiembre

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Pongo una hoja de papel sobre la mesa y miro atentamente a mis padres

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Pongo una hoja de papel sobre la mesa y miro atentamente a mis padres. Los dos están sentados, frente a mí, y me tienen intrigada. Me han hecho venir para hablar sobre la universidad. Mañana me marcho a Florida y por fin voy a empezar mi nueva vida alejada de este pueblo y de los recuerdos que he creado en él.

Porque sí, después de lo que ocurrió, me costó un montón recuperarme. Además, que mi paso por el instituto fuera un infierno no ayudó nada. Era doloroso pasar todos los días por su taquilla y ver a gente, que ni siquiera cruzó una palabra con él, llevarle flores y dedicatorias.

¿Qué le echáis de menos? ¿Qué era una gran persona?

Por eso nunca nos cayó bien nadie del instituto o del pueblo en general. No pasó siquiera un día cuando la noticia corrió como la pólvora. Ese es el problema de vivir en un pueblo tan pequeño, que la gente se había enterado incluso antes de que la noticia saliera en la prensa local.

El poder del boca en boca es magnífico.

Un día en la cafetería del instituto, durante el almuerzo, escuché a las animadoras y a los jugadores del equipo de baloncesto, hablar sobre ello. Lo gracioso es que alguien se inventó el rumor de que el accidente fue provocado por mi culpa, porque estábamos discutiendo y Trevor perdió los nervios.

El cotilleo no tardó en extenderse por todo el instituto.

Pasé unos meses en casa, sin apenas ir a clase, no me encontraba con ganas ni tenía fuerzas para aguantar más tonterías. Por suerte, con el tiempo, la gente se fue olvidando del accidente y era como si Trevor nunca hubiera existido. Y eso me dolió incluso más que el rumor que se inventaron.

Este último curso del instituto he logrado pasar desapercibida, he sacado una buena nota media y me han aceptado en varias universidades. Aunque me encantaban todas, al final he decidido ir a la Universidad de Florida, que aunque no está muy lejos de Greenwood, me va a dar la distancia y la tranquilidad que tanto necesito.

Mientras mis padres debaten que decirme, mi mirada va hasta mi hermana pequeña. Missie nació hace seis meses y es toda una campeona. En parte me duele marcharme de casa por ella, la voy a echar mucho de menos y me voy a perder momentos importantes por no estar con ella, pero debo marcharme.

Tengo que dejar atrás todo lo que ocurrió y continuar mi vida.

—Bueno... —Mi padre se aclara la garganta y me mira—, queremos que empieces poniendo esto.

Me pasa un trozo de papel, desde el otro lado de la mesa, lo cojo y apunto en la hoja lo que hay escrito. Cuando he acabado, les miro extrañada y ellos me sonríen como respuesta.

—Lee.

—Número uno, debes centrarte en los estudios —Me detengo para pedirles una explicación, pero me piden que continúe—. Número dos, nada de chicos.

—Solo son una distracción —añade mi padre como si fuera un anuncio de la televisión.

—No podéis estar hablando en serio —Les miro a los dos—. Lo de Trevor todavía es muy reciente.

Otra oportunidad para el amor | Bilogía Otra oportunidad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora