⚠️La novela está siendo editada poco a poco, estoy corrigiendo la ortografía y haciendo los capítulos más largos, así que no os asustéis si los capítulos van cambiando. Aquellos capítulos en los que ponga BORRADOR, no están editados.
Desde que termi...
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Estoy muy agradecida con la familia Donovan, la cena ha estado insuperable y ha transcurrido con un ambiente bastante agradable gracias a que, junto con la familia de Rebeca, han intentado meterme en los temas de conversación que surgían en la mesa.
Mis padres me han llamado en mitad de la cena y he tenido la oportunidad de saludar a toda mi familia. Los echo muchísimo de menos y me hubiera gustado estar con ellos en Greenwood, pero saber que se han acordado de mí me hace muy feliz.
Cuando terminamos de cenar, los adultos se sirven una copa de vino y permanecen en la mesa charlando tranquilamente. Los demás nos quedamos un rato, hasta que Ben y Rebeca deciden levantarse de sus sillas, a la vez, y me indican con la cabeza que les siga.
Al principio creía que a Nathan no le habían dicho nada, pero escucho sus pasos por detrás de mí mientras subimos las escaleras hasta la habitación de su hermano, la cual está hecha un completo desastre.
—Ben, por dios... —Se queja Rebeca levantando en el aire unos calzoncillos usados de su novio, y se da la vuelta avergonzada.
—Lo siento, no sabía que había dejado la habitación así cuando me fui.
Ben hace a un lado un montón de cosas que tiene por el medio y deja el suelo libre para jugar. Rebeca niega con la cabeza y ayuda a Ben a terminar de recoger para dejar el lugar presentable.
No tardan mucho y lo agradezco, ya que no sabía que más hacer para no centrar mi atención en Nathan.
Rebeca coge varios juegos de mesa de la estantería de Ben y coloca cuatro almohadones pequeños en el suelo para todos. Ocupa uno de ellos y los demás no tardamos en acompañarla.
—¿A que os apetece jugar?
—Paso de este plan —le responde Nathan.
Es el único que no se ha sentado y nos está observando desde arriba, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Está a punto de darse media vuelta cuando su hermano lo detiene, agarrando su brazo antes de que pueda dar un paso más.
—Siéntate y por una vez en tu vida deja de ser tan molesto. Disfruta de un buen rato con tu hermano y moléstate en conocer un poco más a la gente con la que te relacionas.
Las palabras de Ben parecen influir en Nathan, porque ocupa el almohadón que hay al lado de Rebeca y cruza sus piernas para ponerse más cómodo.
No sé cómo acabamos jugando a verdad o reto, pero no al típico juego de las fiestas, donde se va improvisando las preguntas y los retos, sino a una versión distinta donde las preguntas y los retos ya están hechos y vienen en pequeñas tarjetitas.
—¿Quién empieza? —pregunta Ben, colocando las tarjetas en dos montones después de barajarlas bien.
—Quiero ser la primera —digo muy segura de mí misma.
