Capitulo 23

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Shawn caminó rápidamente hasta la salida del hospital, pero al llegar a las puertas de entrada, el detective Nicolas se puso frente a él.
—No tan rápido, Mendes. Tenemos mucho que hablar— Lo detuvo con el brazo y lo esposó de ambas manos, Shawn se quejó. —Acompáñame joven—.

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—No preguntes, sólo abrázame— Pidió _____ sin soltar a Caitlin. Ella la apretó más, no entendía que pasaba pero estaba asustándose.
—¡POR EL AMOR DE DIOS, _____! ¡DIME QUE TE PASA, ESTÁS ASUSTÁNDOME!— Gritó Caitlin desesperada, necesitaba respuestas. La separó de su cuerpo y la miró, se sorprendió al ver sus ojos hinchados... parecía que tenía horas llorando.
—Yo... Shawn...— Ni siquiera tenía fuerzas para hablar. —Dejé a Shawn...—.

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—Así que tienes suerte, no irás a la cárcel. Pero si Liam hubiera muerto, no podría decirte lo mismo. Espero que hayas aprendido una lección de esto hijo— Advirtió Nicolas. Shawn agachó la cabeza.
—¿Ya me puede quitar estas jodidas esposas?— Pidió. El detective suspiró y lo despojó de ellas. Shawn se puso de pié dispuesto a irse de aquella oficina pero el detective se puso frente a él.
—Ahora... ¿Quién te golpeó de esa manera?— Preguntó.
—Nosé, no tengo la menor idea. Me golpearon por detrás y no recuerdo nada, ni una puta mierda. ¿Ya me puedo largar?— Dijo enojado, pero más que enojado, estaba triste. Pero no quería parecerlo.
—Oye, oye, oye... calma tu actitud. ¿Qué te pasa? Dímelo, yo te puedo apoyar, pero si me hab...— Shawn lo interrumpió.
—¡NADA! Nada me pasa, estoy perfectamente bien. ¿Si?— Gritó. Nicolas se sobresaltó, no dijo nada, simplemente sacó una tarjeta de su bolsillo y se la entregó a Shawn.
—Es mi número... si necesitas hablar o ayuda, lo que sea, llámame. Ya te puedes retirar— Abrió la puerta para dejar pasar a Shawn. Él simplemente tomó la tarjeta y se la guardó. Salió lo más rápido que pudo de ahí y se dirigió a su departamento. Al llegar, Aaron estaba parado justo en la puerta, esperándolo.
—¿Qué haces tú aquí?— Preguntó Shawn acercándose lentamente a Aaron. Se percató de que traía muletas y estaba vendado de ambas piernas.
—Tengo que hablar contigo...— Pronunció el. Shawn lo ignoró y abrió la puerta de su departamento, cerrándole la puerta en la cara. —¡ES SOBRE _____!— Gritó Aaron desde afuera. Shawn se detuvo en seco, se giró y abrió.
—Por favor, déjame pasar— Pidió Aaron, Shawn sintió ese nudo de nuevo, así que le dio el pase a Aaron. Tenía que oírlo y dejar atrás su orgullo.

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Caitlin observó a su lado, _____ ya se había quedado dormida. Sintió horrible en su pecho, ver a su mejor amiga tan dolida... simplemente era lo peor para ella. Pero la entendía, la entendía a la perfección. Ella estaba haciendo lo mejor para todos, estaban corriendo un peligro enorme y no había salidas. Habían estado viendo una película de comedia, pero ni eso la hacía sonreír. Ahora más que nunca, Caitlin no dejaría sola a su amiga.

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—¿Ahora entiendes?— Finalizó Aaron. Shawn estaba a punto de quebrarse.
—Maldita sea... gracias a ti no entré a la puta cárcel. Gracias Aaron... gracias, joder, gracias. Perdón por todo, soy un idiota— Se levantó de la silla y lo abrazó con fuerza, un abrazo que más que agradecer, lo necesitaba. Necesitaba un abrazo de un amigo urgentemente.
—Cálmate, de nada. Y no pidas perdón, viejo— Le estrechó la mano, en señal de reconciliación, pero al instante, notó como los ojos de su mejor amigo se acuaban.
—Ahora... ahora háblame de _____... te lo suplico— Dijo Shawn conteniendo las lágrimas. Aaron suspiró profundo, ahora tenía que formular bien lo que le diría.
—Te ha dejado por Matt... efectivamente. Ella no quiso lastimarte, ella habló conmigo...— Se detuvo, ¡LE ESTABA MINTIENDO A SU MEJOR AMIGO! Valla que se estaba arrepintiendo demasiado... pero si le decía la verdad, Shawn era capaz de descuartizarlos, nadie podría controlarlo. —Y me dijo que no debió llegar tan lejos todo. Fue pasajero... pero... Shawn, ella no es la única... no te aferres a ella...— Vió a Shawn y este limpió una silenciosa lágrima, Aaron se sintió como la peor persona del mundo, pero tenía un acuerdo con ella, no le dirían a nadie más la verdad, sólo Caitlin, _____ y él lo sabrían.
—Ya... está bien... no necesito más— Se agachó y empezó a sollozar. Aaron sólo pudo darle palmadas en la espalda. —Pero la amo... mierda Aaron, la amo tanto—.
—Losé amigo... por eso debes dejarla ir— Finalizó.

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1 mes después.

—Fue todo por hoy, nos vemos mañana jóvenes— Avisó la maestra. _____ tomó sus cosas y salió del salón. Empezó a caminar por los pasillos, hasta encontrarse con Katy, una nueva amiga que había hecho esos días.
—_____, ¡Hola!— La saludó. Ella sonrió.
—Hola Katy, ¿Cómo estás?— Dijo sin dejar de caminar hacia la salida.
—Excelente... oye, oye, antes de que te vallas. Esta noche habrá una fiesta en mi casa, estás invitada. Lleva a Caitlin contigo, será divertido, media universidad estará ahí— Avisó sonriente.
—Claro... ¿A qué hora?— Preguntó, de verdad necesitaba salir. El último mes no había salido a ningún lugar, se la pasaba horas en su cama... llorando. No podía superar aún estar sin Shawn, era más difícil de lo que pensaba.
—A las 8, te espero linda— Dijo y se fue. _____ sonrió y se dirigió a su casa.

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—¿De verdad irás?— Preguntó Shawn viendo como se arreglaba su amigo. Aaron se puso un poco más de gel en el cabello.
—¡Claro! No sé ni de quién es la fiesta ni el motivo, pero sé que será genial, me lo dijeron mis amigos, anda, vamos Mendes— Lo animó. Shawn se quedó pensativo.
—¿Seguro que habrá fuente de chocolate?— Sentenció. Aaron se rió.
—Si hombre, anda, necesitas distraerte... ya ha pasado un mes... tu sabes a lo que me refiero. Necesitas salir— Dijo Aaron parándose frente a Shawn. Este suspiró y esbozó una fingida sonrisa, no le agradaba para nada recordar eso.
—Bien... empezaré a arreglarme. Este galán no se perderá de esa fiesta— Dijo animándose a si mismo.
—¡Ese es el Shawn que conozco!— Gritó Aaron emocionado. —¡Verás que no te arrepentirás!—.

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—¡Estoy lista! Apúrate Cait— Gritó _____ desde la sala, ya estaba con su bolso en mano. Llevaba un vestido rojo, con tacones del mismo color. Su largo cabello suelto, se había maquillado bastante bien y sus labios eran de esa tonalidad también. Provocativa para cualquier hombre. Caitlin llegó y tomó las llaves del auto.
—Te ves estupenda de rojo, amiga— Felicitó Caitlin. _____ sonrió.
—Y tú igual de gris— Dijo. Ambas se sonrieron.
—Bien _____... vámonos—.

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La casa estaba repleta de gente. Más bien era una mansión, enorme y bella. Shawn y Aaron estaban sentados con un grupo de amigos en la sala, más bien un grupo ENORME de amigos. Todos divirtiéndose, bebiendo, pero no en exceso. Todo controlado y en perfecto estado.

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_____, Caitlin, Katy y un grupo más de chicas estaban en una mesa en la orilla de la sala. En medio de la mansión había una pista de baile que habían construido y las parejas bailaban. Ellas simplemente se reían, hacían bromas y platicaban de mil y un cosas.

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La canción 'I'll Be' de Edwin McCain se hizo presente en el lugar. _____ y  Shawn sintieron una punzada en el pecho... al mismo tiempo. Ambos, sin saberlo, recordaron al instante cuando se encontraban bailando en medio de la pista en la boda de Amber... tomados de las manos, moviéndose al compás, sintiendo sus respiraciones tan cerca.

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—Tengo que salir... necesito aire— Y sin más, _____ se puso de pié y salió de la casa. Empezó a caminar hasta llegar a la banqueta. No le importó traer un caro vestido... simplemente se sentó, se amarró a sus piernas y empezó a llorar en silencio.

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—No me siento bien, amigos. Vuelvo en un momento— Los recuerdos de _____ en sus brazos, bailando junto a él, lo invadieron. Le dolió bastante. Salió al patio y se sentó en una banca que estaba a unos cuántos metros de la banqueta, pero de lado contrario. Miró al cielo.
—¿Por qué me abandonaste _____?— Se lamentó en voz baja. Una lágrima amenazó con salir y la limpió de inmediato. Empezó a respirar profundamente para calmar esa asfixia que sentía.
De pronto, una extraña voz interrumpió el silencio de aquél silencioso patio. Una voz que parecía un sollozo. Shawn sintió curiosidad y siguió la voz... hasta dar con ella.
Se encontró con una chica sentada en la banqueta de la casa, vestida de rojo. Con un largo y hermoso cabello color café. Al parecer lloraba bastante. Shawn le tocó el hombro.
—Oye... ¿Estás bien?— Preguntó amable. Ella alzó la vista y se giró hacia aquél extraño que acababa de tocarla, erizándole la piel. Pero no solo eso, si no que le pareció escuchar a...
—¿SHAWN?— Pronunció helada. Se levantó de inmediato, fue tanto el impacto que casi se tambalea.
—¿Por qué llorabas, cariño?—. 

Kilometros (Shawn Mendes y Tu) TERMINADAWhere stories live. Discover now