Capitulo 26

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Aaron se subió de nuevo al auto de Caitlin.
—Está cerrado— Dijo sin ánimos. Estaban estacionados justo enfrente del lugar.
—Me lo suponía, son las 12 y media de la madrugada... no creo que una cafetería esté abierta a esta hora— Contestó Caitlin bromista. Él se rió.
—Si, supongo. Te debo el café para otro día— Replicó él.
—No es necesario, yo tengo para prepararlo. Vamos a mi casa— Dijo ella encendiendo el auto.

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—Escuché un ruido—Susurró ella. Shawn no paró de besarle el cuello.
—El único ruido que escucho es el de tu respiración— Dijo Shawn. —Y me fascina— Dijo volviendo a sus labios.
Ella no esperó más y empezó a desabrochar los botones de la camisa de él. En un dos por tres ya se la había quitado. Shawn empezó a acariciarle la pierna con delicadeza, fue subiéndole la mano, logrando subirle más y más el vestido.
—El rojo te queda bien...— Dijo observándola en ese tentador vestido. —Pero este vestido te ajusta demasiado...— Se lamió los labios. —Es un estorbo—.
Empezó a bajarle poco a poco el cierre del vestido, dejándola en ropa interior. La abrazó a su pecho para proporcionarle calor. Ella le acarició el abdomen. Shawn empezó a bajar con lentitud, sus labioshawn iban dejando besos en cada parte de ella. Luego llegó a su abdomen, dejándole de la misma manera su deliciosa marca de besos.
—¿Qué tienes aquí?— Preguntó observando su parte más intima, sobre la ropa. Ella sintió que explotaría de ganas, sentía que le pulsaba todo el cuerpo.
Shawn le bajó la prenda con lentitud, hasta apartarla por completo. Una de sus manos empezó a navegar en sus adentros. Ella empezó a retorcerse de placer. Shawn empezó a masajear su clítoris, de lento a rápido, ella tenía cerrados los ojos, gimiendo en voz baja.
—¡Ya no aguanto, Shawn!— Gritó temblorosa, apenas podía hablar. Estaba llegando al máximo nivel de placer. Shawn sonrió, bajó su pantalón de la manera más rápida posible, acompañado de su bóxer, quedando al descubierto. Ella agarró a Shawn de los hombros, para sujetarse de él. S le dio un fugaz beso, antes de penetrarla. Poco a poco se adentró en ella. Ésta se quejó ligeramente.
—Perdón... ¿Te lastimé?— Se disculpó Justin, deteniéndose.
—No, no. Sigue— Pidió desesperada. Si le había dolido un poco, pero sabía que el placer que esto le producía compensaría todo.
Shawn empezó a embestirla, con movimientos lentos que inconscientemente ambos fueron multiplicando. Ella seguía amarrada a su cuerpo, ojalá no terminara esa sensación.
—Oh... dios— Susurró Shawn, estaba aumentando la velocidad y pronto se correría en sus adentros. La abrazó más a su cuerpo. Ella tenía sus ojos cerrados y su boca semi-abierta por los gemidos. Shawn la observó con ternura, nunca olvidaría su rostro... era perfecta. Le besó la frente.
—¡Shawn!— Gritó ella, estaban a unos segundos de llegar al orgasmo. Y así fue, solo una embestida más bastó para que Shawn depositara toda su masculinidad dentro de ella. Los movimientos finales fueron lentos... pero los más placenteros. El final del perfecto orgasmo. Shawn la observó sonriendo, y le besó la comisura de los labios. Apenas habían llegado al orgasmo y se dio cuenta de que su deseo nunca podría ser saciado.
La abrazó a él y se giró en la cama, ahora ella estaba arriba de él. Sus sexos volvieron a rozarse con ese movimiento. Ella se balanceó con lentitud sobre él. Shawn la tomó de la espalda con ambas manos, muy cerca del trasero.
—No me tortures, nena— Susurró Shawn a su oído. Ahora fue ella quien bajó a su cuello, besándolo, lambiéndolo, mordisqueándolo. Shawn se estremeció por completo. Sin avisar, le abrió las piernas y metió su miembro una vez más. Ella gimió, sorprendida, más bien, encantada.
—No es posible tener dos orgamos tan rápido...— Susurró ella, fascinada de placer.
—Veamos si no— Shawn empezó a apretarla más y más hacia él. Con acelerados movimientos dentro de ella, sintiendo rápidamente sus flujos femeninos. Ambos comenzaron a gemir tal como hacía unos momentos. Estaban en las nubes, podría ser un sueño húmedo pero no lo era. Estaba sucediendo... estaban experimentando el mismísimo cielo en ese momento. Mientras se movía dentro de ella, Shawn le acariciaba toda su zona trasera... espalda, glúteos, piernas, todo. Eso maximizaba su placer. Hasta que se repitió. Ambos llegaron hasta arriba de nuevo. El exquisito orgasmo, que los hizo gemir como nunca en sus vidas. Seguramente si hubiera alguien más en aquella cabaña, ya hubiera llamado a la policía. Con un fuerte gemido, ______cayó rendida en el pecho de Shawn. Él salió de ella con lentitud y empezó a acariciarle el cabello.
—Te amo— Susurró Shawn. Ella sintió que el corazón se le estrujaba... y volvió a la realidad. ¡Acababa de hacer el amor con Shawn! Había vuelto a caer rendida en sus brazos. Después de un mes de no verlo... de abandonarlo a base de mentiras. Empezó a sentirse mal pero lo fingió... ahora no sabía que demonios haría al día siguiente. Después de la magnífica noche, sería casi imposible dejarlo de nuevo... volvería esa tristeza a cada hora del día. Esa jodida e infernal tristeza. No contestó y fingió quedarse dormida en sus brazos.

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—No puedo creerlo... ¿Osea que vives con ______ desde inicios de este año?— Preguntó Aaron sorprendido. Ella asintió, para tomarle un sorbo a su café.
—Así es. Desde Enero de este año estoy con ella— Confesó Caitlin, acababa de contarle gran parte de la vida de su amiga.
—Wow... valla— Susurró él, tocando con suavidad la taza de café. —Eres asombrosa— Dijo sonriéndole. Pudo jurar que ella se había ruborizado, pero simplemente le devolvió la sonrisa.
—Gracias— Dijo ella evitando su mirada.
—Pero... sólo he oído la vida de _____. ¿Qué hay de ti?— Preguntó curioso. Ella acomodó un mechón de su cara tras su oreja.
—¿Yo? Mi vida no es interesante... te aburriría— Susurró ella apenada. Aaron rió.
—A mi me interesa— Repuso él. Caitlin suspiró y se dispuso a contarle cada cosa que él le preguntase. Pasaron aproximadamente dos horas. Eran casi las tres de la madrugada y ellos aún seguían platicando. Aaron  vió el reloj.
—Joder...— Susurró. —Es tarde—.
Caitlin vió la hora en su celular.
—¡Por Dios! ¿Dónde estarán ______y Shawn?— Preguntó preocupada.
—No lo sé... pero seguramente la están pasando bien— Dijo bromeando. Caitlin rió, Aaron también. Ambos encontraron sus miradas, logrando sentir una extraña sensación en sus adentros, que ninguno de los dos era capaz de explicar.
—Bien...— Susurró ella tomando más café.
—Bien...— Repitió Aaron con el mismo tono, haciéndola reír de nuevo. —Debo irme— Dijo parándose de la silla. Caitlin asintió y lo acompañó a la puerta, ninguno decía nada.
—Adiós— Fue lo único que se le ocurrió decir a ella, al verlo parado en la entrada de la casa. «Valla... ¿Adiós? Que expresiva eres, Caitlin» se lamentó.
—Que descanses— Dijo Aaron dando un paso hacia atrás. Luego otro y otro. Hasta que se giró.
—Oye...— Dijo ella. Aaron  se volteó de nuevo.
—¿Si?— Preguntó. Caitlin se rió de si misma... ¿Qué quería decirle? ¿Por qué lo había detenido?
—Ah... nada. Sólo cuídate, es tarde y...— Dejó de hablar al ver que Aaron se acercaba lentamente a ella.
—¿Y?— Repitió él. Ella se puso más nerviosa que pavo en navidad.
—Y... no quiero que te pase...—.
Aaron la tomó del cabello y le plantó un beso, suave, cálido y tierno. Sus labios empezaron a moverse de un extremo a otro, disfrutando por primera vez la boca de aquella hermosa mujer. Caitlin le correspondió de la misma manera. Ambos estaban literalmente succionándose el uno al otro. Se hundieron en ese beso, el cual Caitlin impidió que continuara, debido a que se estaba quedando sin aire.
—Nada— Finalizó Caitlin. Aaron le sonrió de oreja a oreja.
—Estaré bien— Le robó un pequeño beso más. —Ha sido un placer estar contigo hoy— Sus miradas se chocaron de nuevo. —También ha sido un placer besarte— Ahora le dio un beso en la mejilla, muy próximo a sus labios. —Duerme bien— Y con esto, dejándola sin habla, Aaron se alejó de ahí.
Caitlin se quedó atónita. No reaccionó si no hasta unos segundos después. Sonrió y tocó sus labios... aún pulsaban. Dios, ¿Le pidió que durmiera bien? ¿Después de haberla besado de esa manera? Valla chiste.

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El sonido de los pajarillos cantando despertó a ______. Vió a su lado a Shawn, abrazándola de la cintura. Se sintió increíblemente bien... totalmente segura a su lado. Lo miró con detenimiento, la luz del amanecer le daba en el rostro... era bello, un príncipe de los cuentos. Bien, un príncipe rudo en motocicleta. Sonrió y se giró hacia la ventana... por supuesto que no tenía cortinas. Ahora vió alrededor. Todo estaba silencioso, el sonido de la ciudad no estaba presente... se asustó. Pero al instante, recordó que se encontraba en una de las habitaciones de aquella cabaña terrorífica. Valla, valla. Si que se había olvidado del miedo la noche anterior. Vio toda la extención del cuarto, el piso era de madera vieja y gastada. Había pinturas y retratos de personas extrañas en la pared. Luego sonrió al ver todas las prendas de ambos esparcidas por el suelo. Ni se acordó como llegó todo tan rápido al suelo. Pero después un charco de culpa la llenó. Había hecho el amor con Shawn de nuevo... y había sido lo mejor de su vida. Pero él le había dicho 'te amo' una vez más. Y ella no le había respondido. Él no tenía ni la menor idea de lo que en realidad había pasado un mes atrás... Aaron, Caitlin y ella se lo habían ocultado. Como los 3 perfectos cómplices se lo habían ocultado. Y el... como todo un inocente, se lo creyó. Definitivamente no sabía que haría ahora. Estaba de nuevo con Shawn, y no debía, para nada del mundo debía estarlo. Si Zac o los hombres lo sabían, sería el final... para todos.
No había salidas... ¿O sí? Observó junto a una prenda de Shawn, las llaves del auto. ¿Y si las tomaba y se iba? ¿Y si lo dejaba ahí, como si nada hubiera pasado? El jamás se lo perdonaría... despertaría sin ella a su lado. Era lo más cruel que podría hacerle, pero no tenía alternativas. Tenía inmensas ganas de llorar, se sentía tan culpable de todo. Se levantó de la cama con extrema lentitud, para no despertarlo. Se puso de nuevo su ropa y sus tacones los tomó con las manos para no hacer ruido al caminar. Pero apenas iba a salir por la puerta, cuando esa dulce voz la detuvo.
—Buenos días princesa— Susurró él, observándola con ternura. Ahí fue cuando a ella se le estrujó de nuevo el corazón... se sintió la peor persona del mundo.

Kilometros (Shawn Mendes y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora