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COOPER


Después de advertirle a mi hermana sobre mi teoría sin comprobar que nuestros padres estaban encontrándose a espaldas de todo el mundo, mis ganas sobre averiguar más aumentaron una buena cantidad de porcentaje.

Sin embargo, si quería saber más, tenía que contar con ayuda.

—Bien —les dije a mis dos hermanos—, algo está pasando.

—No lo dudo —dijo Ethan, mirando la lata de galletas—, nos han mentido a todos.

—De eso quería hablar. Hay algo que tenemos que resolver por nuestra cuenta.

—Simplemente etiquetaremos las latas con sus nombres correspondientes según el producto que contenga, tampoco será para tanto; aunque sí es una abominación.

—¿Qué? —fruncí el ceño.

—En la lata de "galletas" hay azúcar, ¿qué clase de humanos son estos? —comentó el idiota mientras tapaba el envase de nuevo, como si fuera tan obvio como el resultado de dos más dos.

—Lo que está ocurriendo es un caso en realidad serio, ¿y tú te preocupas por el falso contenido de una lata de galletas que dice azúcar? —Reprendí— Zack, golpéalo de mi parte.

El otro se encogió de hombros y lo golpeó en la cabeza.

—¡Auch! —Ethan se frotó la parte dolorida— Cálmate, ¿quieres?

—Escuchen. Y traten de escuchar bien lo que diré.

—Te oímos, Coop —Zack rodó los ojos.

—Creo que Mason y Trisha están en algo nuevamente.

Mientras Ethan se echaba a reír, Zack me miraba como si lo que dijera fueran estupideces incoherentes. Y podían serlo, de no ser porque estaba totalmente convencido de que esto estaba sucediendo de verdad. Había algo... Algo que me impedía pensar que era una casualidad sus diferencias de horarios.

—¿Tú por qué crees eso? —Zack arqueó una ceja.

—La pregunta —Ethan se rio—, sería por qué eres tan estúpido como para creer eso.

—Si ser estúpido es tener una prueba concisa de este asunto, pues bien, mi nivel de estupidez llega más allá que el de Allison.

Como Ethan no paraba de reírse, Zack volvió a golpearle en la cabeza.

—Cierra el pico y al menos escucha lo que quiere decir —le ordenó.

—Qué niña —Ethan se sobó la cabeza mientras rodaba los ojos—. Mira, también he considerado esto muchas veces; pero siempre he estado equivocado. Mamá le pidió el divorcio a papá, ¿por qué querrían estar juntos otra vez si es que lo han dejado definitivamente a través de papeles legales? Nunca habrían llegado al extremo de ser el caso.

—Las cosas cambian. Llamé a Allison hace unos minutos, me dijo que Trisha no está en su casa desde hace horas. Y ¿adivinen quién no ha estado aquí por horas también?

—Una pura casualidad —Ethan atinó a decir—, ¿cómo podrías saber el momento y el lugar exacto donde han estado y ver si coinciden? Ni que fueras policía o criminal para saber sus coordenadas y toda esa estupidez. No, ni hablar. Ellos no podrían estar juntos, ¿por qué lo harían, además?

—Qué pesimista —musitó Zack en su contra—. Detente a pensar un segundo cómo serían nuestras vidas si mamá volviera a ellas, a nuestra familia. Además, nos desharíamos de la intrusa de una vez por todas; yo ya no la tolero.

—Bien, tienes razón en ello —confirmó el otro—. Intenta parecerse a un ángel cuando Mason anda cerca, doblando mis calzoncillos y guardándolos en cajones designados cada vez que puede.

—Mamá también solía hacer eso —acoté, sin poder ver el punto.

—Sí, pero ella lo hacía por y con amor. Esta Cruela lo único que quiere es verse bien ante papá.

—Coincidimos.

—Bien —suspiré—, ¿me ayudarán entonces a perseguir a nuestro padre hasta que lo agobiemos de una manera en que no pueda callar ni una palabra como sucedió con Monique?

Ethan y Zack se miraron por un segundo.

Ambos sonrieron a la vez.

Oficialmente esto estaba en nuestras manos. 

Yo no fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora