Eran las 8 de la noche, Fernando ya estaba esperando a Lucero en el restaurante, iba vestido muy elegante, llevaba un sastre gris con una camisa blanca y zapatos negros, se veía muy atractivo.
Lucero acababa de llegar al restaurante, se tuvo que ir en taxi porque su auto se descompuso, tuvo que esperar un momento antes de entrar, pues estaba muy nerviosa y tenía que calmarse primero; pero porque estaba tan nerviosa? Se preguntaba a sí misma.
LUCERO: (Pensamiento) "Cálmate Lucero que te pasa, porque estás así?, Porqué te afecta tanto estar cerca de él?, es solo una cena de trabajo, pareces una chiquilla nerviosa a punto de darse su primer beso" "Bueno ya cálmate y entra de una vez".
Lucero entró y al estar allí preguntó por la mesa donde se encontraba Fernando, el recepcionista la llevó donde él se encontraba, pues había reservado una mesa apartada para poder estar cómodos realizando la entrevista. Fernando vió como se iba acercando hacia él, y al igual que Lucero no podía evitar sentirse nervioso, el corazón le empezaba a latir más fuerte, y obviamente no pudo evitar admirar su belleza.
FERNANDO: (Pensamiento) "wow que hermosa se ve, parece una diosa"
Y de verdad que si lo parecía, Lucero se había tomado su tiempo arreglándose, llevaba un vestido brillante de color blanco, sin mangas, y le llegaba un poco más arriba de las rodillas, lo que dejaba apreciar sus esbeltas y hermosas piernas. Lo acompañaba con unos zapatos plateados y una pequeña cartera que llevaba en su mano izquierda (en la cual guardaba una grabadora para la entrevista). Su cabello lo llevaba ondulado y totalmente suelto. Se veía realmente hermosa.
Pero Lucero también se percató de lo guapo que se veía Fernando, pues no le quitaba la mirada de encima, realmente ese traje lo hacía lucir además de atractivo muy sexy.
El recepcionista se retiró dejándolos solos,
LUCERO: Buenas noches.
FERNANDO: Buenas noches Lucero (Fernando se levantó de su asiento y se dirigió a correrle la silla para que Lucero se sentara).
Mientras se sentaba Lucero pensó: "vaya por fin tiene un detalle caballeroso".
Al estar ya sentados los dos uno enfrente del otro, ninguno se atrevía a decir palabra alguna, solo se miraban fijamente. Hasta que Fernando decidió romper el hielo:
FERNANDO: y como has estado?
Le preguntó acordándose después de que a ella le molestaba que la tuteara, pero para su sorpresa parece que esta vez no le incomodó.
LUCERO: Muy bien gracias, un poco preocupada con lo del reportaje, pero bien. (Le respondió sonriéndole)
Fernando quedó sorprendido, pues era la primera vez que Lucero le sonreía, y eso no le incomodaba pues había descubierto la sonrisa más bella que había visto en su vida, era una sonrisa que irradiaba luz, que le llegaba al alma a cualquiera.
FERNANDO: Sabes por primera vez conozco tu sonrisa, y déjame decirte que es extremadamente hermosa.
Lucero se sonrojó y enseguida se preguntó a sí misma " porque se está portando tan bien conmigo?, que le sucede hoy?, este Fernando Colunga no es el que yo conozco".
LUCERO: Gracias (dijo ella, bajando su mirada para que no se diera cuenta que se había sonrojado)
Pero Fernando ya lo había notado así que para no incomodarla más decidió cambiar de tema.
FERNANDO: oye y como me vas a entrevistar si veo que no trajiste nada?
LUCERO: Como que no traje nada y esto que es? (Le dijo sacando la grabadora que traía en su cartera)
FERNANDO: Oh ya veo, las mujeres si que son bien precavidas. Te parece bien si comenzamos la entrevista después que cenemos?
LUCERO: Está bien, no hay problema.
Fernando llamó al mesero y ambos después de leer la carta ordenaron su cena.
La situación se tornaba bastante extraña, pues era la primera vez que estaban juntos sin que ocurriera lo de siempre: pasársela discutiendo. Mientras cenaban, ambos permanecían callados, lo único que hacían era mirarse y sonreir, ambos estaban nerviosos y ninguno sabía por qué. Lo único que sabían era que esa noche estaba siendo diferente, especial, y estaba haciendo que sus corazones latieran a mil por hora.
