Epílogo

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Abro los ojos y me aferro al cuerpo que esta junto a mí para conseguir un poco de calor, después de vivir cinco años en Nueva York aun no me acostumbro al frio. Subo la mirada al chico que aún está durmiendo, su boca esta entreabierta haciendo que salga sonidos de su boca, su brazo izquierdo descansa en mis hombros y mi brazo izquierdo está en su pecho. Es tan lindo. Trato de moverme pero mi vientre no me lo permite, tengo cinco meses y estoy más que feliz al tener un hijo con la persona que amo.

Toco su cara con mi dedo para despertarlo, pero no reacciona, así que meto mi dedo en su boca y luego en su nariz, me río porque aún no reacciona, cuando duerme parece un elefante, acerco mis labios a su boca y es ahí cuando se despierta. Abre los ojos lentamente por la luz que se filtra por la ventana.

—Buenos días, bello durmiente —le digo con una sonrisa. Me recuesto y acaricio mi vientre.

—Buenos días —dice con la voz ronca. Me da un beso y luego le da uno a mi panza. —A ambos.

Sonrió.

—Iré a preparar el desayuno —le digo levantándome con cuidado. —Deberías apurarte, o se te hará tarde.

—Ya voy, mamá.

Me río y voy hacia la cocina, abro la nevera y saco unos huevos y jamón, busco la leche pero no encuentro, demonios no compre ayer. Pongo los ojos en blanco y voy hacia la habitación.

Daniel se encuentra acomodando la cama, lo único que tiene puesto es su pantalón de la pijama. Me muerdo el labio.

Abro el armario y saco mi abrigo, iré en pijama, no me importa.

—Cariño, no hay leche, iré a comprar aquí en la esquina —le digo, abrochándome el abrigo.

El se acerca y me da un beso en la frente. —Ten cuidado —ruedo los ojos. —Te amo.

—También te amo —digo haciendo mi camino a la puerta.

Abro la puerta no sin antes de tomar las llaves y mi cartera, y tomo el ascensor.

Después de que termine el colegio, les dije a mis padres que quería venir a estudiar a Nueva York, Daniel y yo en ese tiempo teníamos un año de salir, y decidió comprar un departamento para los dos, este es mi último año de la universidad, estoy agradecida que a mis veintitrés años las cosas estén saliendo bien, los directivos de la universidad fueron muy comprensibles con el tema del embarazo, y también estoy muy agradecida por eso.

Todo está saliendo bien, no como esperaba, pero bien.

El ascensor se detiene en la planta baja, y salgo. Cuando abro la puerta me abrazo a mi misma. Doblo hacia la derecha y empiezo a caminar hacia el mini súper mercado que esta ahí. Las personas me miran porque tengo puesto la pijama aun, ¿o será por la gran panza que tengo? No se, y no me importa, sigo caminando, cuando por fin llego, entro y la cajera me saluda la saludo de vuelta.

Empiezo mi búsqueda de leche, cuando por fin llego a las neveras, me detengo en seco. Un chico conocido se detiene también, su cabello está amarrado en una pequeña coleta, sus manos sostienen un paquete de galletas, lo veo a los ojos y noto que el está mirando hacia mi panza, puedo divisar que en su mano izquierda está un anillo, y sé que es de matrimonio.

Mis manos se sienten sudadas. Mi garganta seca. El da el primer paso;

—Kania —dice con media sonrisa, su voz es mas profunda.

Me aclaro la garganta para hablar.

—Hola, Harry —digo, tocando mi panza. —Es bueno verte.

Cuando entre a segundo año colegio, Harry se fue a Londres a estudiar, era obvio que le otorgaron la beca que tanto quería. Cuando se fue, quede devastada, aunque todos los días nos mandábamos mensajes y hablábamos por medio de video llamadas, no era lo mismo, aparte de que era muy difícil por los horarios. Así que seis meses después de estar en una relación a larga distancia, decidimos terminar, terminamos en buenos términos, pero no habíamos tenido ningún contacto, hasta ahora. Daniel me subía el ánimo cuando podía, iba todos los días a mi casa y siempre me llevaba algún dulce o flores, al pasar los meses me fui enamorando profundamente de el, mi padre casi nos mata cuando se enteró, pero cuando vio que Daniel realmente me apreciaba, acepto nuestra relación.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto a Harry.

El lo piensa antes de contestar.

—Trabajo en una compañía, desde hace un año, ¿Y tu?

—Umm, estudio Criminología, desde hace cinco.

—Que bien, estoy seguro que serás la mejor criminóloga del país.

Asiento con la cabeza.

—¿Te gustaría algún día ir a.. ya sabes... ir a tomar un café? —pregunta.

Sonrió. —Claro, me gustaría.

—¿Sigues teniendo el mismo número? —abro los ojos, aún tiene guardado mi numero.

—Si, sigue siendo el mismo.

—Bien, nos vemos, Kania.

El empieza a caminar y yo no puedo hablar, ahora camina dándome la espalda.

—¡Harry! —lo llamo. El se detiene y voltea a verme.

—Emm –di algo. —Es bueno verte —digo otra vez, me golpeo mentalmente.

El solo sonríe y sigue caminando.

( ... )

Entro y dejo mi abrigo en el sofá, voy hacia la cocina en donde esta Daniel acomodándose la corbata, pongo la leche en el mesa y abrazo a Daniel.

—¿Qué paso? —me dice.

Suspiro y lo suelto para mirarlo a los ojos, me encojo de hombros.

—Nada... solo, te amo —digo.

El me besa y mi corazón no deja de latir rápidamente, como hace cinco años.

Me separo de el y me encamino hacia el baño.

Entro y cierro detrás de mí, me miro al reflejo. Recuerdo a la chica de cabello largo con cara de niña y flaquita con pocas curvas. Ahora solo esta una adulta de cabello corto hasta los hombros, con curvas y una gran panza. Harry se ve aún más cambiado, se nota como su cabello ha crecido, hasta ya se puede hacer una pequeña coleta, es más alto, para tener veinticinco años se ve bien.

Él fue mi primer amor, todo empezó en un fin de semana, pero el destino me tenía preparado otra cosa, ahora estoy con una persona que estoy segura que será el amor de mi vida. Es bueno que los dos hayamos encontrado a un personas que nos haga sentir especial, o quizás estoy hablando por mi misma.

Siento una lagrima recorrer mi mejilla y la limpio rápidamente.

—¿Bebé? —dice Daniel detrás de la puerta.

—Voy enseguida.

Esto es lo que el destino tenía preparado para mi desde el principio.

Encontré a la persona perfecta, y estoy feliz con eso.

Estoy feliz.


Weekend » Harry StylesWhere stories live. Discover now