Tied • jb [Terminada]

Capítulo dieciocho

Después de una relajante ducha me dejé caer sobre la cómoda cama de mi suite.

Acabábamos de volver del lugar en el que se celebraría el desfile. Tras probarnos los distintos -y preciosos- conjuntos que llevaríamos para que Casey viese los arreglos que debería hacer para que nos quedasen perfectos nos quedamos por el camerino, hablando con personas que conocíamos mientras esperábamos que empezasen los ensayos. Y tras dos agotadoras horas al fin pudimos irnos.

Desbloqueé mi iPhone y llamé a Kyle.

-Hey -Descolgó al tercer tono-, ¿qué tal?

-Cansada -Me quejé haciéndole reír.

-¿Un día estresante?

-No -Froté mi cara-, al menos comparado con los que me esperan.

-¿Y qué has hecho?

-Básicamente he ido a comer con Serena y luego nos hemos tirado toda la tarde en el lugar del desfile con las pruebas de vestuario y los ensayos.

-¿Ya te has probado lo que llevarás?

-Ajá...

-¿Y cómo son los conjuntos? -preguntó en tono juguetón.

-¿Quieres saberlo? -Le seguí el rollo.

-¿En serio me lo estás preguntando? -Rió- Por supuesto que quiero.

-Pues... Te va a tocar esperar al nueve, cuando lo televisen.

-Oh venga ya... Solo una pista.

-No, lo siento. Es un secreto de estado -bromeé.

Llamaron a la puerta y yo me levanté para abrirla mientras escuchaba las quejas de Kyle. Detrás de la puerta se encontraba mi mejor amiga, me hice a un lado para que pudiese entrar y una vez lo hizo volví a cerrar.

-¿Con quién hablas? -preguntó sentándose en la cama.

-Con Kyle.

-¡Hola Kyle! -Alzó la voz para que pudiese escucharla- Lamento interrumpir vuestra sesión de sexo telefónico pe-

No la dejé terminar porque ya le había tirado un cojín en toda la cara.

-¡Serena! -Le reproché. La risa de mi novio se escuchaba al otro lado de la línea- ¡Y tú no te rías!

-Pe-perdona -Se disculpó algo recuperado del ataque de risa que acababa de tener.

-Lo que sea -Rodé los ojos y me alejé un poco de Serena, sentándome en uno de los sillones-. ¿Y tú has hecho algo interesante?

-No, he quedado con los chicos y poco más.

Seguimos hablando un rato más mientras Serena se entretenía mirando la televisión.

-¿Pedimos la cena al servicio de habitaciones? -Le pregunté cuando hube colgado.

-No hace falta, lo he hecho yo mientras me tenías descuidado hablando con tu amorcito -Exageró.

-Pues no te he visto quejarte mientras veía la tele tan tranquila.

-Eso era porque no quería molestaros...

-Ya, claro -Reí.

-Bueno, no creo que tarden mucho en traernos la cena. Siéntate conmigo a ver La Voz.

Miré la gran pantalla y vi que estaban reponiendo el programa.

-Pero... éste es repetido -dije mientras me acomodaba a su lado en la cama king size.