Tied • jb [Terminada]

Capítulo veintitrés

Mentiría si dijese que no estaba siendo la noche más incómoda de mi vida.

Es decir, a mí nunca se me había dado bien mentir. ¿Y ahora tenía que mirar a Heather como si nada? ¿Cómo si no me hubiese liado con su novio en un jodido cuarto de la limpieza? No era sencillo. Y si a todo esto le añadíamos que, para variar, Heather casi no se separaba de Justin teníamos como resultado una noche maravillosa para Abbie.

Me senté en uno de los sofás que había dispuestos a los lados de la sala. Los pies me estaban matando.

A pesar de estar algo molesta conmigo, Bella intentó disimular y habíamos estado un buen rato bailando junto con Kristie, que aún no se había pronunciado acerca del asunto; aunque no creía que estuviese muy contenta. Sin embargo, parecía que el enfado inicial de la italiana se había ido disipando a lo largo de la noche.

—Hola —dijo alguien sentándose a mi lado.

Me giré y pude ver una melena cobriza.

—Hola —Sonreí y le di un sorbo a la copa de champagne que acababa de coger de una de las bandejas de los camareros.

—¿Sabes? No he podido hablar mucho contigo —Se acercó un poco más—. Es lo que pasa cuando te tiras tanto tiempo sin venir por aquí, que tus padres te arrastran para que hables con todos —Hizo una mueca de desagrado y yo reí.

Realmente Ginger no parecía mala chica. Como había dicho, no había podido pasar mucho tiempo con ella, pero por lo poco que había visto era bastante parecida a su hermano; algo más centrada, eso sí.

—Así que... —Volvió a hablar— ¿Qué te trae por aquí? Ya sé que querías sacarte una carrera y todas esas cosa, leo revistas —bromeó—. Pero me refiero a, ¿por qué aquí, en Providence?

—Oh... Bueno, cuando decidí empezar a estudiar barajé varias universidades y Brown fue la que más me gustó —expliqué—. A parte Providence es un lugar bastante tranquilo y aunque a veces no puedo evitar el acoso de los paparazzi no es tan horrible como si me hubiese ido a Nueva York, por ejemplo.

—No quiero ni imaginarme como debe ser eso de tener a cinco o seis tíos siguiéndote a todos lados —Frunció el ceño como pensando en ello—. Y luego está el asunto de los rumores.

—Ni me hables de eso.

—Mucha gente cree que la vida de los famosos es un chollo y les gustaría vivirla, pero yo no.

Jamás habría pensado que nuestra conversación podría tomar este rumbo.

—Evidentemente hay cosas que están muy bien, pero la gente solo ve eso. Nunca se paran a pensar en el lado malo de la fama, no todo es de color de rosa.

—Yo sí y te aseguro que ya tengo suficiente con los cotilleos de la alta sociedad de Providence...

—¿También tenéis una reina cotilla como en Gossip Girl? —bromeé.

—No... Al menos que yo sepa —Rió—. Pero muchas de las mujeres y chicas que hay por aquí podrían serlo perfectamente... Solo saben hablar de otros y criticar —Miró la sala y luego a mí de nuevo.

—Déjame adivinar, soy la comidilla en todas las reuniones o lo que sea que tenga esta gente.

Ginger sonrió.

—Eso es lo que me han contado.

—En fin, estoy acostumbrada a que me digan de todo sin conocerme así que no me afecta.