Tied • jb [Terminada]

Capítulo veintiocho

Desperté al notar como algo golpeaba mi brazo. Fruncí el ceño extrañada, pero no le di importancia y cambié mi posición para intentar seguir durmiendo. Sin embargo, otro impacto, esta vez sobre mi cara, y unas risitas impidieron que lo hiciese.

—¡Despierta! —chilló alguien en mi cara haciendo que abriese los ojos sobresaltada.

Parpadeé varias veces, intentando acostumbrarme a la luz que había en la habitación.

—¿Qué pasa? —hablé aún medio dormida.

—Bien, ya se ha despertado. Mark, ya puedes volver a tu habitación.

—¿Qué? ¡Me has dicho que haríamos una guerra de almohadas!

Cubrí mis ojos con mi antebrazo mientras ellos discutían

—Y la hemos hecho, ¿o no acabas de golpear a Abbie con una almohada?

—Sí, pero...

—Eh, eh... No hay peros que valgan, a tu habitación.

El hermano pequeño de Serena murmuró algo por lo bajo poco antes de levantarse de la cama e irse.

—Buenos días dormilona —dijo mi amiga como si estuviese hablando con una niña pequeña.

—No eres la más apropiada para decir eso, ¿no crees?

Abrí un ojo y me giré hacia Serena que ahora se había tumbado junto a mí.

—Creo que eres tú la que sigues en la cama casi a las doce del mediodía —Una sonrisa se plasmó en su cara.

—Creo que fuiste tú la que no contestó un mensaje que le mandé a las once y media de la noche —Sonreí yo también.

—Es que estaba aburrida sin ti y me fui a dormir —Hizo un puchero—. Por cierto, ¿a qué hora llegaste?

—Mmm... Creo que sobre las cuatro y media —Froté mi cara.

—¿Y qué tal fue?

Todo lo sucedido la noche anterior me vino de golpe y me incorporé sentándome en la cama rápidamente.

—¿Qué pasa? —Serena me miró extrañada aún tumbada.

—No te imaginas lo que pasó ayer... —Mordí mi labio recordando todo.

—Ugh... ¿Por qué me pierdo siempre las cosas interesantes? —Se incorporó también— ¿Qué pasó?

—Justin estaba allí —Sonreí.

Serena abrió los ojos exageradamente.

—¿Justin? —Asentí varias veces.

—Dijo que quería darme una sorpresa.

—¿El mismo Justin que tiene una novia llamada Heather, que resulta ser tu amiga?

Tras esas palabras la sonrisa se esfumó de mi rostro y dejó paso a un ceño fruncido.

—Gracias por bajarme de mi nube de felicidad —refunfuñé.

—Lo siento, pero es que no me entra en la cabeza que viaje hasta Los Ángeles para darte una sorpresa y ni se moleste en cortar con su jodida novia —Abrí la boca para hablar, pero ella me detuvo—. Lo, lo sé... "Es complicado" —Dibujó las comillas en el aire.

—Es que es así... —Suspiré apartando unos mechones de pelo de mi cara.

—¿Sabes lo que va a ser más complicado? Mirar a Heather a la cara si seguís así —Bufé—. Sé que yo decía que Heather daba igual y esas cosas, pero ya sabes que yo digo muchas cosas sin pensar. Y ahora que parece que vais en serio...