Capítulo treinta y siete

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Leed la nota del final. Es importante.

No One's POV:

—Serena, te llamo luego.

—¿Por qué? ¿Pa- —Colgó antes de dejarla acabar.

Guardó su teléfono en el bolsillo de su vieja sudadera y dejó ahí sus manos, para que no se notase como jugueteaba nerviosa con sus dedos. Aclaró su garganta antes de hablar.

—Buenas tardes —dijo seria.

—Buenas tardes —contestó él de igual forma—. ¿Puedo...?

—Claro, pase. —Se hizo a un lado dejando que Jeremy entrase.

Al cerrar la puerta aprovechó que estaba de espaldas a él para tomar una fuerte inspiración. No sabía qué hacía allí, pero estaba segura de que no traería nada bueno.

Cuando se giró hacia Jeremy le miró durante unos segundos; él estaba observando la casa —o al menos lo que llegaba a ver— cosa que la ponía algo nerviosa, tenía la sensación de que lo estaba escrutando todo con detalle. Después se fijó en su vestuario, llevaba un impecable traje negro y una corbata a juego, en su brazo colgaba el abrigo beige que se acababa de quitar; hizo una mueca al comparar sus atuendos.

—Disculpe la pregunta, pero ¿cómo sabía que...?

—¿Que vivías aquí? —Acabó por ella y asintió—. Créeme, no ha sido tan difícil, querida. —Sonrió y un escalofrío recorrió el cuerpo de Abbie ante el apodo que había utilizado.

—Si está buscando a Justin no le encontrará aquí. —Se cruzó de brazos.

—Ya veo que no está aquí, si no ya estaría a tu lado para defenderte —Sonrió burlonamente cosa que hizo que la chica apretase sus labios en una fina línea—. Aunque he de admitir que esperaba encontrarle por aquí.

—Pues ya sabe que aquí no está, así que si no tiene nada más que decirme...

—No intentes ocultar que se está quedando aquí, lo sé de sobras. No soy imbécil —habló duramente y Abbie se mantuvo en silencio—. Pero no venía a verle a él, sino a ti. De hecho es un alivio que no esté, así podremos hablar tranquilamente.

—¿Quiere hablar conmigo? —Frunció el ceño.

—Así es.

—Ummm... Está bien, podemos ir al salón y...

—No hará falta —Miró su reloj—, tengo una reunión dentro de quince minutos. Seré bastante breve.

—Le escucho. —Le animó a empezar.

—¿Cuánto? —Se limitó a preguntar.

—¿Disculpe? —Arrugó el ceño de nuevo.

—¿Cuánto quieres?

Una pequeña risita se escapó de los labios de Abbie.

—Creo que no le entiendo.

Jeremy bufó cansado.

—Yo te doy dinero y tú dejas a mi hijo en paz.

Abbie jadeó al comprender lo que le estaba ofreciendo.

—¿Intenta sobornarme? —La ceja alzada de Jeremy fue lo única respuesta que obtuvo—. Bien, por si no se ha dado cuenta el dinero no es una de mis preocupaciones.

—Todo el mundo tiene un precio.

La chica negó con la cabeza.

—No es mi caso, lamento defraudarle —comentó sarcásticamente—. No todos somos capaces de llegar a ciertos límites por el dinero.

Tied • jb [Terminada]Where stories live. Discover now